Dice la leyenda de esta foto que corresponde a San Roque de Riomiera. Sin embargo, sabido es que esta villa pasiega jamás ha sido parte de Trasmiera. Quizás se confundieran con Miera, pueblo que sí integró aquella Merindad a través de la Junta de Cudeyo (Miera era uno de sus concejos, convertido en Ayuntamiento desde el siglo XIX). ¿Puede ser que aquella edificación que se observa al fondo sea la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Miera?. También aparecen a la izquierda un grupo de personas...¿con una bandera? No aparece fechada la fotografía: la Biblioteca Nacional de España le ha asignado el año 1900, supongo que por poner algún año, aunque de aquellos tiempos será, sin duda.
Les naturels du pays dient que le territoire de cette ville s'appelle par un terme & nom particulier, La Montaña.
[Parte de la descripción de la villa de Santander extraída de la versión francesa de la obra 'Civitates orbis terrarum'. Año 1575]
La Montaña tiene al norte el Mar, al mediodía Castilla, a su oriente la Vizcaya y al ocaso Asturias y Montañas de León.
[Autor montañés desconocido en el 'Diario de Madrid' del 10 de febrero de 1799]
jueves, 27 de diciembre de 2018
miércoles, 26 de diciembre de 2018
::: (1777) 'PASIEGA', POR MANUEL DE LA CRUZ :::
Pasiega
Dibujos, grabados y fotografías - 1777
Fuente: Biblioteca Nacional de España
miércoles, 12 de diciembre de 2018
lunes, 10 de diciembre de 2018
::: AGRADECIMIENTOS :::
Agradezco a Rafael Palacio Ramos, autor de este libro que acaba de salir a la venta, las citas a este blog.
Cuando a finales de mayo de 1808 Cantabria se levantó contra el invasor francés, sus habitantes comenzaron a organizarse en varios batallones que formarían una “División Cántabra”. Esta denominación se mantuvo, oficial u oficiosamente, durante toda la Guerra de la Independencia, y en efecto aunque también formaron en sus unidades reclutas palentinos, burgaleses o vizcaínos, la mayoría de sus componentes fueron oriundos de la Montaña
domingo, 9 de diciembre de 2018
::: (OCTUBRE DE 1808) EXPOSICIÓN DE LA 'SUPREMA JUNTA GUBERNATIVA DE LA PROVINCIA DE CANTABRIA' AL CONDE DE FLORIDABLANCA, PRESIDENTE DE LA JUNTA SUPREMA CENTRAL, REIVINDICANDO SU DERECHO A TENER REPRESENTACIÓN EN ÉSTA :::
La transcripción que aparece aquí ha sido realizada por David Humara Obregón
Fuente: La Guerra de la Independencia a través de los fondos del Archivo Histórico Nacional
SERENÍSIMO SEÑOR
La Junta Provincial de Cantabria ha recibido por mano de su Ilustrísimo Presidente los dos oficios que por el orden de sus fechas acompaña en copia con los números 1º y 2º, el uno del Excmo. Sr. Don Pedro Ceballos y del Sr. Marqués de Cilleruelo, Diputados de la misma Junta autorizados en forma para representarla en la Suprema Central del Reyno, y el otro del Excmo Duque del Infantado Presidente del Consejo de Castilla. Ambos contienen la sensible reclamación comunicada por V.A.S de que los Diputados referidos de esta Junta no deben ser admitidos en la Central porque la Ciudad de Santander no es capital de Reyno, y porque perteneciendo el territorio de ella al Principado de Asturias se halla ya representada en dho Congreso por los Diputados que de él han sido nombrados por la Junta de Oviedo.
Esta Junta se cree desayrada y perjudicada con una declaración tal que la degrada y despoja de su legítima representación y por eso ha resuelto hacer sus observaciones, no con el intento de sembrar la discordia y fomentar la división, siempre perjudicial, y nunca más en las circunstancias presentes, sino con el legal y justo objeto de vindicar sus derechos.
“Santander no es capital de Reyno y su territorio pertenece al Principado de Asturias, cuyos diputados la representan”. He aquí los dos fundamentos de la declaración citada. Santander no es, en efecto, una capital de Reyno, pero tampoco lo es Badajoz. Aquella Ciudad ni aun si quiera es Cabeza de alguno de los Principados, Condados y Señoríos de España que en la antigüedad eran Soberanos; Badajoz no es más que la Capital de la Provincia de Extremadura, parte integrante del Reyno de León, según la división antigua. Sin embargo, tiene sus Diputados en la Junta Suprema Central, y este hecho demuestra prácticamente, y de una manera irreversible, que el no ser Santander Cabeza de Reyno, no es un estorbo para que dejen de admitirse los suyos. Negar la entrada a los Diputados de Santander y franquearla a los de Badajoz, es establecer una distinción odiosa, que precisamente ha de producir en la Nación el desprecio de la Provincia excluida.
Badajoz y su Provincia no tiene más méritos que Santander y la suya; no seguramente. Santander levantó el grito contra el detestable Napoleón en la noche del 26 de mayo, y a las 10 de ella ya estaban repartidos tres mil fusiles. Entonces ni tenía Santander noticia de que se hubiese sublevado alguna otra Provincia, ni esperanzas fundadas de que las demás siguiesen su ejemplo. Entonces carecía absolutamente de tropa veterana, se hallaba sin las armas necesarias, y estaba destituida de todo auxilio forastero. No obstante, esta Provincia es casi la primera que se arma para recobrar su libertad, para defender su religión, sus propiedades y sus leyes, y para restablecer al amable y desgraciado Fernando sobre el Trono de sus padres de que fue pérfidamente derribado por el tirano de la Europa. Se sublevó a la vista de un exército enemigo, cuyo Gefe acababa de amenazarla con el saqueo, con el incendio y la muerte, lo cual muestra bien el valor y el entusiasmo de sus habitantes. Solo este hecho hace mucho honor a Santander.
El 27 del mismo mayo se estableció aquí una Junta de Gobierno y Defensa, la qual se rectificó, aumentó y consolidó en 10 de junio con la concurrencia de los Diputados de más de cien Jurisdicciones, Valles y Merindades que componen el Corregimiento y Bastón de Laredo. Con la nueva organización de la Junta se aumentaron sus recursos y sus esfuerzos. No tuvo paciencia para esperar al Enemigo y salió fuera de ella a recibirle. Destinó el Paisanaje armado a los puntos importantes de Reynosa, El Escudo, Las Estacas de Trueba y Los Tornos, donde estaban ya desde el 30 de mayo los Fusileros Provinciales y los Paysanos de Santander. Las providencias de la Junta fueron siempre las más acertadas y su resultado habría sido seguramente feliz si el Enemigo hubiera diferido un poco más el ataque, pero se dio prisa, y la negativa del socorro de gentes pedida en tiempo a los Asturianos por una parte, y por otra la superioridad considerable de las fuerzas enemigas, fueron la causa de que los Cántabros después de resistir quanto pudieron se retirasen, reservándose para mejor ocasión. Ahora se están vistiendo, armando y regimentando quatro mil, de los quales dos mil están ya sobre las armas, y no están todos, por atender al Exército del Norte que felizmente arribó a este Puerto.
El armamento de Cantabria produjo una diversión del Enemigo utilísima a Castilla la Vieja y León. Sin este armamento, los Franceses que batieron en Cabezón de Valladolid al Excmo. Sr. Don Gregorio de la Cuesta, le habrían perseguido y arrojado del territorio de su Capitanía Gral, habrían desarmado a sus súbditos, le habrían impedido reunirlos, y dar la Batalla de Rioseco que tanto honor le hace, y tanto debilitó las fuerzas enemigas. Esto ha hecho la Junta de Cantabria y su Provincia. La de Badajoz no hizo entonces tanto, y ninguna del Reyno hubiera hecho más con tan escasos recursos. Sus méritos la hacen acreedora de justicia al reconocimiento y a la Representación Nacional en la Junta Suprema ¿Por qué, pues, se excluye de ella a sus Diputados, tales y tan beneméritos? Las Naciones, los Pueblos, hasta el Ciudadano menos celoso de su reputación, aspira siempre a que sus hechos sean atendidos y recompesados; quando son desatendidos o despreciados, no puede menos de resentirse y clamar por su desagravio. En este caso se halla la Junta de Cantabria.
Ella no representa a sola la Ciudad de Santander como indica el oficio del Sr. Presidente de Castilla; al contrario, representa a todos los pueblos del Obispado de Santander, y a muchos de los de Oviedo, León, Palencia y Burgos, a parte de Castilla la Vieja y de las Encartaciones de Vizcaya, representa como queda dho a más de cien Merindades, Juntas, Valles y Jurisdicciones. Todos los pueblos que la componen, autorizados por la captividad del Deseado Fernando, reasumieron su Soberanía y la depositaron solemnemente en la Junta Suprema Cantábrica para que esta la exerciese mientras regresaba el mismo Fernando o se colocaba sobre el Trono algún legítimo sucesor suyo; otro tanto han hecho las demás Provincias que no estaban tiranizadas. La discordia y la independencia recíproca de las Provincias arruinaría infaliblemente a la España; la reunión asegura la felicidad de su empresa. Importa mucho reconcentrar el poder soberano para hacerle más respetable y facilitar el anhelado fin de lanzar al más cruel, al más vil, y abominable de los enemigos. Este fue el objeto del establecimiento de la Junta Suprema Central, y esta es su ocupación al presente. Las Provincias que han concurrido a formarla exercen allí su Soberanía por medio de los Diputados que tienen en ella, ¿y por qué la Junta Cantábrica no ha de ejercer allí mismo por medio de los suyos la Soberanía de muchos pueblos que representa? El ejercicio de esta Soberanía en la Junta Central Suprema por parte de la Cantábrica no excita ciertamente la discordia y lejos de eso consolida la unión. Esta Junta tiene sin duda un derecho igual a las otras y no alcanza razón convincente para verse despojada de él.
El territorio de Santander y sus Montañas jamás pertenecieron al Principado de Asturias y los Diputados de este Principado no pueden representar legítimamente a la Junta de Cantabria, ni a los pueblos que la formaron. Entre las Montañas de Santander y el Principado de Asturias hay mojones bien conocidos fixados hace muchos siglos. Las Montañas de Santander en nada dependen del Principado de Asturias, ni en el gobierno eclesiástico, ni en el civil, ni en el fiscal, ni en el militar. En lo eclesiástico depende de su propio obispo, en lo civil de la Chancillería de Valladolid, en lo fiscal de sus privativos Subdelegados y del Intendente de Burgos y en lo militar del Comandante General que reside y debe residir en Santander. Por Real Decreto de 15 de de febrero de 1805 se creó una Comandancia General Militar de la Costa de Asturias y Cantabria separada de la Capitanía General de Castilla la Vieja, y al mismo tiempo que se estableció esta Comandancia sin beneficio de las dos Provincias, y solo por condecorar al difunto Mariscal Truxillo, cuyas relaciones con Don Manuel Godoy son bien notorias, se reunió la Jurisdicción Civil de ambos distritos a la Audiencia de Oviedo, más esto duró un momento: clamaron los Montañeses y lograron unirse otra vez a la Chancillería de Valladolid. La Comandancia General subsiste, más la residencia del Comandante está declarada y fixa en Santander. Aquí es a donde remiten los Comandantes de Armas de Asturias los partes de las ocurrencias militares, y aquí remiten los suyos las Juntas Municipales de Sanidad del mismo Principado y aquí está el Auditor, el Secretario, y el Excmo. de la Comandancia Militar, de manera que por ella depende el Principado de Santander y no Santander del Principado. El Privilegio de Franquicia ejecutoriado en juicio contradictorio con la Real Hacienda es privativo de la Montaña, no común a los Asturianos y lo mismo sucede con las demás gracias concedidas por los Reyes a los Montañeses, por premio de su fidelidad y servicios.
El Principado estableció su Junta y la Cantabria la suya. Ambas ejercieron la soberanía en sus respectivos territorios y ambas se reconocieron recíprocamente independientes. El Principado no habría tolerado esta independencia soberana si Santander y sus Montañas pertenecieran a las Asturias. Por ningún respecto pertenecen a ellas y por consecuencia la Junta de Cantabria no puede estar representada por los Diputados de la de Asturias, Diputados que ella no ha autorizado con los poderes correspondientes, Diputados que no quiere porque los tiene propios, y Diputados que se la señalan sin su previo consentimiento.
Los vocales esta Junta no creerían satisfechos los deberes de su destino ni cumplida la sagrada obligación que han contraído con los pueblos de Cantabria si no expusiesen sus derechos a la Representación Nacional y el justo título con que la solicitan. Para conseguirla han hecho estas observaciones que ponen en mano de V.A.S por medio de su vocal Joaquín de Ceballos, rogando a V.A.S se sirva mandar que pasen a la Junta Suprema Central para que hecha cargo de ellas, tenga a bien acordar la admisión de sus Diputados.
Dios guarde a V.A.S muchos años.
Santander 22 de octubre de 1808.
Rafael Thomas, Obispo de
Santander, Presidente.
Ángel Gutiérrez de Celis
Joaquín de Ceballos
Jacinto Antonio de Losada
Juan Enrique de la Rigada
Josef Diaz Iglesias
Juan José Sánchez de la Torre Bracho
Juan Domingo Rosillo Anachuri
Francisco Plácido de la Pedraja
Vicente del Camino
Juan Nepomuceno Muñoz
Julián Bringas
Por acuerdo de la Suprema Junta
Gubernativa de la Provincia de Cantabria.
Luis del Campo, su Secretario.
viernes, 7 de diciembre de 2018
::: (1956) SEPULCRO DE MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO EN LA CATEDRAL DE SANTANDER :::
AQUÍ YACE ESPERANDO LA RESURRECCIÓN MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO, DEFENSOR DE LA FE CATÓLICA, GLORIA DE ESPAÑA Y HONOR DE LOS CÁNTABROS. DESVELÓ LAS GLORIOSAS GESTAS DE NUESTROS ANTEPASADOS, BREVE PASÓ SU VIDA DE EMINENTE INGENIO Y LARGA DEDICACIÓN AL TRABAJO.
1856 1912
SUS RESTOS Y LOS DE SUS PADRES SON TRASLADADOS A ESTE LUGAR EL DÍA 26 DE AGOSTO DE 1956
Esta imagen la he conseguido de aquí
lunes, 3 de diciembre de 2018
::: (NOVIEMBRE DE 1923) DE UNA CONFERENCIA DE SANTIAGO FUENTES PILA EN TORRELAVEGA TITULADA "CANTABRIA ANTE EL PROBLEMA NACIONAL" :::
Son los primeros días del mes de octubre de 1923 y se ha extendido el rumor de que el Dictador Primo de Rivera - recién llegado al poder hacía dos semanas - pretende crear una nueva configuración territorial en España, suprimiendo las provincias y creando nuevas regiones.
Diversos periódicos dan cuenta de una entrevista entre Primo de Rivera y un representante de las Diputaciones vascas en la que el Dictador le habría comentado a este que entre las futuras reformas estaba la de las regiones y que la supresión de esas cuarenta nueve pequeñas administraciones provinciales en que está dividida la Nación era preciso estudiarlo detenidamente, para constituir diez, doce, catorce regiones, las que fueran necesarias o convenientes, dentro de la reducción posible, para crearlas, fuertes, robustas y dotadas de todo aquello que, dentro de la unidad de la Patria, sea posible conceder y que el deseo sería poder acoplar la división regional a las actuales divisiones militares, pero que eso sería difícil, porque el acoplamiento regional precisaba tener en cuenta las distintas condiciones de las provincias que habían de constituir la región por sus costumbres etnográficas, condiciones geográficas, simpatías, vías de comunicación, etc; que esas dificultades no se le ocultaban, pero que se vencerían todas con buena voluntad.
En Cantabria quien levantó la bandera regionalista fue Santiago Fuentes Pila. No era la primera vez que lo hacía pues ya el año anterior ofreció una conferencia en el Ateneo de Santander titulada El Regionalismo Cántabro. Lo que es y lo que debe ser (Sábado, 13 de mayo de 1922).
Volviendo al otoño de 1923, era Santiago Fuentes Pila el principal altavoz en La Montaña de una recién constituida organización política de derechas de ámbito nacional denominada Partido Social Popular, creada en diciembre de 1922 y que acabaría disolviéndose a principios de 1924 tras integrarse la mayoría de sus miembros en la Unión Patriótica, la organización política vinculada a la Dictadura. En los Estatutos del Partido Social Popular se observa que existirá una Junta regional en cada una de las regiones siguientes, siendo una de ellas Cantabria, ignorando la división regional de España en aquellos momentos, pues la Provincia de Santander estaba englobada en la región de Castilla la Vieja. Esta región, según la organización interna del partido, estaba constituida por las actuales provincias de Ávila, Burgos, Logroño, Segovia y Soria. No cabe duda de la influencia de Santiago Fuentes Pila a la hora de reclamar para Cantabria la categoría de región dentro de su partido. Algo natural, por otra parte, dentro de la Provincia de Santander, donde existía una amplia opinión de que por si sola constituía una región como cualquier otra de España. Por esas mismas fechas, diversas organizaciones deportivas, como la Federación Regional Cántabra de Futbol, y como su nombre expresa, regía los destinos de la región de Cantabria en el mundo futbolístico, organizando incluso partidos de Cantabria contra Aragón o Asturias.
Perteneciente a la dirección del Partido Social Popular, y meses antes de la llegada al poder de Primo de Rivera, había escrito en Madrid un comunicado el 18 de abril de 1923 titulado Carta manifiesta a los electores de la circunscripción pues el 29 de abril estaban convocadas elecciones generales, a la que finalmente no concurrió su formación. Dicho comunicado sería publicado en El Cantábrico el 22 de abril, exponiendo que "procuraré difundir las doctrinas y postulados del derecho público cristiano que contiene el programa del PARTIDO SOCIAL POPULAR, cuya ideológica posición y estructura, no sólo permite actuar en provechosa política de carácter nacional, sino también desarrollar una fecunda labor regionalista de afirmación, defensa y reconocimiento de la personalidad social y pública de Cantabria.(...) Al reiterar mi gratitud a los amigos y masas católicas de mi país hago, una vez más, sincera ofrenda de mi pobre inteligencia y voluntad en servicio de Cantabria y España".
A raíz de los supuestos planes del Directorio Militar de Primo de Rivera de configurar nuevas regiones, escribió un artículo en el periódico El Pueblo Cántabro denominado Acción regionalista. La personalidad de Cantabria (27 de octubre de 1923) donde expuso que la Provincia de Santander, a tenor de los argumentos de Primo de Rivera, cumplía los requisitos para constituirse en Región y para la que Fuentes Pila solicitaba la denominación de Cantabria.
Volviendo al otoño de 1923, era Santiago Fuentes Pila el principal altavoz en La Montaña de una recién constituida organización política de derechas de ámbito nacional denominada Partido Social Popular, creada en diciembre de 1922 y que acabaría disolviéndose a principios de 1924 tras integrarse la mayoría de sus miembros en la Unión Patriótica, la organización política vinculada a la Dictadura. En los Estatutos del Partido Social Popular se observa que existirá una Junta regional en cada una de las regiones siguientes, siendo una de ellas Cantabria, ignorando la división regional de España en aquellos momentos, pues la Provincia de Santander estaba englobada en la región de Castilla la Vieja. Esta región, según la organización interna del partido, estaba constituida por las actuales provincias de Ávila, Burgos, Logroño, Segovia y Soria. No cabe duda de la influencia de Santiago Fuentes Pila a la hora de reclamar para Cantabria la categoría de región dentro de su partido. Algo natural, por otra parte, dentro de la Provincia de Santander, donde existía una amplia opinión de que por si sola constituía una región como cualquier otra de España. Por esas mismas fechas, diversas organizaciones deportivas, como la Federación Regional Cántabra de Futbol, y como su nombre expresa, regía los destinos de la región de Cantabria en el mundo futbolístico, organizando incluso partidos de Cantabria contra Aragón o Asturias.
Perteneciente a la dirección del Partido Social Popular, y meses antes de la llegada al poder de Primo de Rivera, había escrito en Madrid un comunicado el 18 de abril de 1923 titulado Carta manifiesta a los electores de la circunscripción pues el 29 de abril estaban convocadas elecciones generales, a la que finalmente no concurrió su formación. Dicho comunicado sería publicado en El Cantábrico el 22 de abril, exponiendo que "procuraré difundir las doctrinas y postulados del derecho público cristiano que contiene el programa del PARTIDO SOCIAL POPULAR, cuya ideológica posición y estructura, no sólo permite actuar en provechosa política de carácter nacional, sino también desarrollar una fecunda labor regionalista de afirmación, defensa y reconocimiento de la personalidad social y pública de Cantabria.(...) Al reiterar mi gratitud a los amigos y masas católicas de mi país hago, una vez más, sincera ofrenda de mi pobre inteligencia y voluntad en servicio de Cantabria y España".
A raíz de los supuestos planes del Directorio Militar de Primo de Rivera de configurar nuevas regiones, escribió un artículo en el periódico El Pueblo Cántabro denominado Acción regionalista. La personalidad de Cantabria (27 de octubre de 1923) donde expuso que la Provincia de Santander, a tenor de los argumentos de Primo de Rivera, cumplía los requisitos para constituirse en Región y para la que Fuentes Pila solicitaba la denominación de Cantabria.
El día 17 de noviembre de 1923 daría una conferencia en el Teatro Principal de Torrelavega que llevaba por título Cantabria ante el problema nacional según recoge El Cantábrico del día 16 de noviembre de 1923.
Por otro lado, El Diario Montañés publicó el 20 de noviembre una crónica relativa a este evento titulándola Desde Torrelavega. La conferencia de Fuentes Pila. Iba firmada por David Valenzuela y finalizaba de esta forma tan irónica.
domingo, 2 de diciembre de 2018
::: (1918) ARTÍCULO "Y NOSOTROS EN LA HIGUERA" , POR TOFERMON, RESPECTO A LAS CAMPAÑAS AUTONOMISTAS DE AQUEL AÑO :::
Y nosotros en la higuera
Por Tofermon
El Cantábrico
29 de noviembre de 2018
Por Tofermon
El Cantábrico
29 de noviembre de 2018
Los montañeses, y los que aún no siéndolo, podemos considerarnos como tales, somos incorregibles. Diríase que estábamos bajo la calmante acción de un anestésico. Tenemos menos iniciativas que una ostra y sin embargo, postineamos porque Santander cuenta con dos líneas de tranvías eléctricos, así una de ellas (la de los “blancos”, cuando los hicieron) encierre más peligros para el viajero que para naciones enemigas los inventos del señor Vierna González.
De Norte a Sur y de Este a Oeste corren por toda España vientos autonómicos, aires de independencia, protestas contra el tiránico centralismo, algo, en fin, que revela vitalidad y deseos de romper el yugo que envilece y debilita.
Rompieron el fuego los catalanes, y a los vibrantes acordes de “Los Segadores” descastellanizaron a la rica si que también flatulenta alubia y al duro y pesado garbanzo. Los nombres de estos artículos de primera necesidad fueron sustituidos por otros dos de sonido más dulce y armonioso: moncheta y sidrón. ¡Hasta en eso son grandes los catalanes!.
Rompieron el fuego los catalanes, y a los vibrantes acordes de “Los Segadores” descastellanizaron a la rica si que también flatulenta alubia y al duro y pesado garbanzo. Los nombres de estos artículos de primera necesidad fueron sustituidos por otros dos de sonido más dulce y armonioso: moncheta y sidrón. ¡Hasta en eso son grandes los catalanes!.
¡Garbanzo!¡Alubia!. ¿No es cierto que esto es de un plebeyísimo y prosaico sabor que tira de espaldas? En cambio, ¡sidrón!.¡moncheta!...¡qué cadencia tan singular y qué poesía tan dulce encierran esas dos palabras!.
Tras los catalanes, alzaron su voz los vascos, y éstos, tal vez por su familiaridad con el hierro, pidieron con más dureza que los paisanos de Cambó y Ventosa su desespañolización. Ningún acto de los que realizan los españoles les parece bien; todo para ellos es despreciable. ¡Hasta aquella emocionante azaña, en la cual Guzmán el “Bueno” se desprendió de su puñal, con el fin de que degollasen a uno de sus dos hijos antes de que Tarifa cayese en poder de la morería encallanada, carece de valor para los vascos!
A estos y a los catalanes han seguido los valencianos y a los valencianos, los madrileños, los gallegos y los andaluces, y, por último, los extremeños. Y mientras se realizan esos movimientos en las regiones citadas; mientras sus hombres laboran por ensancharlas y engrandecerlas, los montañeses seguimos en la higuera o contemplando desde lo alto de Piquío cómo las olas del mar se atropellan unas a otras.
¿A qué obedece esa quietud y ese indiferentismo? ¿Por qué, pues, no pedir nosotros también nuestra independencia?¿Quién para ello en mejores condiciones que los cántabros montañeses?
No hagamos comparaciones, que siempre son odiosas, pero díganme ustedes, ¿qué productos da Bizkaya?¿Que produce hierro? Conformes. ¿Qué da buen chacolí? Conformes asimismo. En cambio la Montaña produce, como Bizcaya, hierro; se recolecta maíz, patatas y nabos; se fabrican mantequillas, mejor que las de Soria, pantortillas de Reinosa y Bárcena; tenemos manantiales cuyas aguas pueden competir con las de Vichy y Mondáriz; en leche podemos codearnos con Suiza y llamar de tú a Holanda…
Y en lo que se refiere a repollos y a amas de cría, esos son dos tesoros de muchísimo más valor material que el tesoro del Delfín. Y, si no, díganme ustedes: ¿Quién es el mortal que desconoce la fama de los repollos de Cueto, Monte y San Román?¿Y quién es el que, habiendo sido amamantado por una pasiega, puede negar la supremacía que sobre el de las demás mujeres tiene el jugo lácteo de las hijas de Pas? Nadie.
Si con todas estas fuentes de riqueza que hemos enumerado y otras que omitimos, no pedimos nuestra más amplia autonomía, nuestra independencia, nuestro derecho a regirnos sin permitir injerencias extrañas, digamos que de la raza cántabra no nos queda más que el nombre y ese muy borroso: y avergoncémonos al propio tiempo ante la energía de esas regiones que se disponen a constituirse en nación independiente, así, como Bilbao, no cuenten con otras fuentes productoras más que el hierro y el chacolí.
TOFERMON