Decía Ángel de la Herrán en una carta:
(…) Me enteré de los acuerdos adoptados por el Ayuntamiento de Santander, a mi juicio improcedentes, sin base alguna e incluso saliéndose de la competencia municipal, que no tiene por qué hacer declaraciones de regionalismo, puesto que en el momento actual en España oficialmente no existen más que provincias, como división administrativa, y por este motivo entiendo que se puede ser perfectamente montañés o cántabro y español, sin necesidad de pasar por ninguna categoría intermedia, que sólo serviría para debilitar nuestra personalidad y la grandeza de nuestra historia propia, que bien sea antigua o remota, o próxima, es distinta de la que han labrado conjuntamente todos los pueblos que forman España pudiendo enorgullecernos tanto de nuestra historia peculiar, como de la historia de la patria común. Como no me convenciera, ni poco ni mucho, la argumentación del Ayuntamiento sobre la que ha basado su “terminante oposición” al cambio de nombre de la provincia, formalicé contra tales acuerdos el oportuno recurso contencioso-administrativo que en la actualidad se halla en trámite ante la Audiencia Territorial de Burgos, habiendo sido promovido conjuntamente por la Sociedad Maderas de Cantabria S.A y por mí. (…)
Como considero que el hecho de que el Ayuntamiento de la capital se oponga no debe mirarse más que como un simple incidente que no debe detener los buenos propósitos perseguidos por la Diputación Provincial, que tanto han satisfecho a muchos montañeses verdaderos entusiastas de su región, todo lo que signifique favorecer la consecución del restablecimiento del nombre ancestral tendrá mi adhesión más incondicional y en tal sentido se me han ocurrido las siguientes iniciativas.
1. Colocar, como ya ha hecho alguna otra región, por ejemplo La Mancha, en las carreteras de acceso a La Montaña, en el mismo límite provincial, unos monolitos de piedra con la adecuada inscripción. En este sentido pienso, en el caso de que no encuentre oposición oficial, sufragar el que se coloque en El Escudo que será confeccionado por mi sobrino Agustín de La Herrán, escultor que se ha destacado en varios concursos. El tema fundamental del monolito será la siguiente inscripción: “Aquí empieza Cantabria, la tierra de los montes y las olas”, transcribiendo en parte la feliz frase de nuestro Don Marcelino Menéndez Pelayo. (…)
Aun cuando a primera vista parecen sin transcendencia alguna, sin embargo encierran estas cuestiones un gran fondo sentimental, romántico o afectivo, que también es muy digno de respeto.” (…)
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