Fuente
EL ÁGUILA
Año I. Número 7
Aguilar de Campoo
10 de julio de 1914.
No vamos a tratar del origen lingüístico, porque ya está dilucidado que procede del latín.
Aquí vamos a ocuparnos del punto de origen, es decir, de la población en que pudo hallarse la capital de Castilla en los primeros momentos. Quedó consignado de un modo fijo y seguro que Velegia fue reconquistada por Alfonso I, que reinó desde 739 a 757, en cuyo tiempo fue Velegia reedificada y repoblada. El año 860 fundó el Conde Rodrigo, mandado por Ramiro I, la población de Amaya, que fue capital de Castilla y poco tiempo después, en 882, se trasladó a la nueva población de Burgos.
Antes de 860, ¿Dónde estuvo la capital de Castilla Velegia? ¿No parece natural que la capital de Castilla Velegia sea la misma ciudad de Velegia?.
Mandadas retirar aquellas fuerzas para sofocar otra rebelión de Oriente, los naturales del país hablarían un idioma mezcla del de los vencedores y del de los vencidos.
No recuerdo en este momento dónde, ni por quién se ha sostenido que los romanos dejaron en la ciudad de Velegia unas cuantas legiones para evitar que los cántabros se revelasen nuevamente, y en tal caso es incuestionable que allí tuvo que predominar el idioma latino sobre los dialectos nacionales con más intensidad que en los demás puntos cercanos.
Mandadas retirar aquellas fuerzas para sofocar otra rebelión de Oriente, los naturales del país hablarían un idioma mezcla del de los vencedores y del de los vencidos.
No recuerdo en este momento dónde, ni por quién se ha sostenido que los romanos dejaron en la ciudad de Velegia unas cuantas legiones para evitar que los cántabros se revelasen nuevamente, y en tal caso es incuestionable que allí tuvo que predominar el idioma latino sobre los dialectos nacionales con más intensidad que en los demás puntos cercanos.
Los que viven por ese país saben mejor que yo los pueblos en que se habla el castellano antiguo más puro. Yo sólo tengo que referirme a Valderredible y a los Carabeos, distante dos kilómetros de mi pueblo, el primero, y los segundos algunos más, pero no muchos, al Norte. Recuerdo el dicho siguiente, que marca perfectamente la diferencia del castellano en tan poco espacio.
Las palabras son: ¿«Quieres venir a esti pueblu para que me triaigas un botijucu de agua»? En Lastrilla. Y «el hiju va con el hierru».
Terán (Inocencio), de Villarén, recordará nuestro paso por los Carabeos y la frase: «Tiu aceiteru, no pase por el cameru, que está cotu».
Este lenguaje tan distinto del castellano primitivo y empleado por pueblos tan cercanos al Norte de Velegía, ¿no justifica la suposición de que allí pudo tener asiento el núcleo más importante del moderno idioma?. No he tenido la satisfacción de investigar la pronunciación de Valdeolea ni en el Valle de Santullán; pero, si en esos puntos predomina la u final en vez de la o, no hay duda ninguna de que Valdivia es el punto de origen del castellano.
Aguilar debió crecer con la decadencia de Velegía, y para ello me fundo en que la primera noticia que de Aguilar se tiene procede de una escritura de su Monasterio de Benedictinos procede del 822, en que se da cuenta de la fundación de la villa, que fue engrandecida por Alfonso VIII.
La historia posterior de Aguilar es sumamente interesante, pero su engrandecimiento no quita valor a la hipótesis por mí sustentada, sino que la confirma. Los amantes del país deben regocijarse porque aparezcan grandezas del mismo hasta el presente desconocidas, y los que podamos glorificarlas y cantarlas debemos cumplir con ese deber.
ANDRÉS BRAVO DEL BARRIO
Madrid, 3 de julio de 1914
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