jueves, 27 de diciembre de 2018

::: (S/F) COLECCIÓN FOTOGRÁFICA 'TRASMIERA' :::

Dice la leyenda de esta foto que corresponde a San Roque de Riomiera. Sin embargo, sabido es que esta villa pasiega jamás ha sido parte de Trasmiera. Quizás se confundieran con Miera, pueblo que sí integró aquella Merindad a través de la Junta de Cudeyo (Miera era uno de sus concejos, convertido en Ayuntamiento desde el siglo XIX). ¿Puede ser que aquella edificación que se observa al fondo sea la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Miera?. También aparecen a la izquierda un grupo de personas...¿con una bandera? No aparece fechada la fotografía: la Biblioteca Nacional de España le ha asignado el año 1900, supongo que por poner algún año, aunque de aquellos tiempos será, sin duda.



lunes, 10 de diciembre de 2018

::: AGRADECIMIENTOS :::

Agradezco a Rafael Palacio Ramos, autor de este libro que acaba de salir a la venta, las citas a este blog.





Cuando a finales de mayo de 1808 Cantabria se levantó contra el invasor francés, sus habitantes comenzaron a organizarse en varios batallones que formarían una “División Cántabra”. Esta denominación se mantuvo, oficial u oficiosamente, durante toda la Guerra de la Independencia, y en efecto aunque también formaron en sus unidades reclutas palentinos, burgaleses o vizcaínos, la mayoría de sus componentes fueron oriundos de la Montaña

Este libro estudia por primera vez sus inicios, su evolución y la composición de sus regimientos y batallones, además de su valor táctico. Lejos de la tradicional descripción de esta división como “guerrillera”, se demuestra su carácter totalmente regular dentro de la estructura de los Reales Ejércitos españoles.

domingo, 9 de diciembre de 2018

::: (OCTUBRE DE 1808) EXPOSICIÓN DE LA 'SUPREMA JUNTA GUBERNATIVA DE LA PROVINCIA DE CANTABRIA' AL CONDE DE FLORIDABLANCA, PRESIDENTE DE LA JUNTA SUPREMA CENTRAL, REIVINDICANDO SU DERECHO A TENER REPRESENTACIÓN EN ÉSTA :::

La transcripción que aparece aquí ha sido realizada por David Humara Obregón

Fuente: La Guerra de la Independencia a través de los fondos del Archivo Histórico Nacional

Nota: Los dos Diputados que se nombran en esta exposición como futuribles representantes montañeses en la Junta Central son Pedro de Ceballos y el Marqués de Cilleruelo, que respondía al nombre de Andrés María de Quevedo y Navamuel. El primero natural del Valle de Buelna y el segundo de Reinosa. Es un documento notable en cuanto una vez más se vislumbra las pretensiones de Cantabria de querer ser y de tener voz en el conjunto nacional como la pudieran tener otros territorios. Volvemos a recordar que Cantabria no existía políticamente y que su territorio correspondía a diferentes provincias castellanas. La invasión napoleónica hace quebrar el status quo vigente, por lo que los dirigentes montañeses observan una puerta para datar y exigir su existencia ante la Junta Central, entidad depositoria de la autoridad soberana ante la ausencia del rey Fernando VII. Sin embargo, aquellos políticos de La Montaña no verían colmadas sus expectativas.



SERENÍSIMO SEÑOR

La Junta Provincial de Cantabria ha recibido por mano de su Ilustrísimo Presidente los dos oficios que por el orden de sus fechas acompaña en copia con los números 1º y 2º, el uno del Excmo. Sr. Don Pedro Ceballos y del Sr. Marqués de Cilleruelo, Diputados de la misma Junta autorizados en forma para representarla en la Suprema Central del Reyno, y el otro del Excmo Duque del Infantado Presidente del Consejo de Castilla. Ambos contienen la sensible reclamación comunicada por V.A.S de que los Diputados referidos de esta Junta no deben ser admitidos en la Central porque la Ciudad de Santander no es capital de Reyno, y porque perteneciendo el territorio de ella al Principado de Asturias se halla ya representada en dho Congreso por los Diputados que de él han sido nombrados por la Junta de Oviedo.

Esta Junta se cree desayrada y perjudicada con una declaración tal que la degrada y despoja de su legítima representación y por eso ha resuelto hacer sus observaciones, no con el intento de sembrar la discordia y fomentar la división, siempre perjudicial, y nunca más en las circunstancias presentes, sino con el legal y justo objeto de vindicar sus derechos.

“Santander no es capital de Reyno y su territorio pertenece al Principado de Asturias, cuyos diputados la representan”. He aquí los dos fundamentos de la declaración citada. Santander no es, en efecto, una capital de Reyno, pero tampoco lo es Badajoz. Aquella Ciudad ni aun si quiera es Cabeza de alguno de los Principados, Condados y Señoríos de España que en la antigüedad eran Soberanos; Badajoz no es más que la Capital de la Provincia de Extremadura, parte integrante del Reyno de León, según la división antigua. Sin embargo, tiene sus Diputados en la Junta Suprema Central, y este hecho demuestra prácticamente, y de una manera irreversible, que el no ser Santander Cabeza de Reyno, no es un estorbo para que dejen de admitirse los suyos. Negar la entrada a los Diputados de Santander y franquearla a los de Badajoz, es establecer una distinción odiosa, que precisamente ha de producir en la Nación el desprecio de la Provincia excluida.

Badajoz y su Provincia no tiene más méritos que Santander y la suya; no seguramente. Santander levantó el grito contra el detestable Napoleón en la noche del 26 de mayo, y a las 10 de ella ya estaban repartidos tres mil fusiles. Entonces ni tenía Santander noticia de que se hubiese sublevado alguna otra Provincia, ni esperanzas fundadas de que las demás siguiesen su ejemplo. Entonces carecía absolutamente de tropa veterana, se hallaba sin las armas necesarias, y estaba destituida de todo auxilio forastero. No obstante, esta Provincia es casi la primera que se arma para recobrar su libertad, para defender su religión, sus propiedades y sus leyes, y para restablecer al amable y desgraciado Fernando sobre el Trono de sus padres de que fue pérfidamente derribado por el tirano de la Europa. Se sublevó a la vista de un exército enemigo, cuyo Gefe acababa de amenazarla con el saqueo, con el incendio y la muerte, lo cual muestra bien el valor y el entusiasmo de sus habitantes. Solo este hecho hace mucho honor a Santander.

El 27 del mismo mayo se estableció aquí una Junta de Gobierno y Defensa, la qual se rectificó, aumentó y consolidó en 10 de junio con la concurrencia de los Diputados de más de cien Jurisdicciones, Valles y Merindades que componen el Corregimiento y Bastón de Laredo. Con la nueva organización de la Junta se aumentaron sus recursos y sus esfuerzos. No tuvo paciencia para esperar al Enemigo y salió fuera de ella a recibirle. Destinó el Paisanaje armado a los puntos importantes de Reynosa, El Escudo, Las Estacas de Trueba y Los Tornos, donde estaban ya desde el 30 de mayo los Fusileros Provinciales y los Paysanos de Santander. Las providencias de la Junta fueron siempre las más acertadas y su resultado habría sido seguramente feliz si el Enemigo hubiera diferido un poco más el ataque, pero se dio prisa, y la negativa del socorro de gentes pedida en tiempo a los Asturianos por una parte, y por otra la superioridad considerable de las fuerzas enemigas, fueron la causa de que los Cántabros después de resistir quanto pudieron se retirasen, reservándose para mejor ocasión. Ahora se están vistiendo, armando y regimentando quatro mil, de los quales dos mil están ya sobre las armas, y no están todos, por atender al Exército del Norte que felizmente arribó a este Puerto.

El armamento de Cantabria produjo una diversión del Enemigo utilísima a Castilla la Vieja y León. Sin este armamento, los Franceses que batieron en Cabezón de Valladolid al Excmo. Sr. Don Gregorio de la Cuesta, le habrían perseguido y arrojado del territorio de su Capitanía Gral, habrían desarmado a sus súbditos, le habrían impedido reunirlos, y dar la Batalla de Rioseco que tanto honor le hace, y tanto debilitó las fuerzas enemigas. Esto ha hecho la Junta de Cantabria y su Provincia. La de Badajoz no hizo entonces tanto, y ninguna del Reyno hubiera hecho más con tan escasos recursos. Sus méritos la hacen acreedora de justicia al reconocimiento y a la Representación Nacional en la Junta Suprema ¿Por qué, pues, se excluye de ella a sus Diputados, tales y tan beneméritos? Las Naciones, los Pueblos, hasta el Ciudadano menos celoso de su reputación, aspira siempre a que sus hechos sean atendidos y recompesados; quando son desatendidos o despreciados, no puede menos de resentirse y clamar por su desagravio. En este caso se halla la Junta de Cantabria.

Ella no representa a sola la Ciudad de Santander como indica el oficio del Sr. Presidente de Castilla; al contrario, representa a todos los pueblos del Obispado de Santander, y a muchos de los de Oviedo, León, Palencia y Burgos, a parte de Castilla la Vieja y de las Encartaciones de Vizcaya, representa como queda dho a más de cien Merindades, Juntas, Valles y Jurisdicciones. Todos los pueblos que la componen, autorizados por la captividad del Deseado Fernando, reasumieron su Soberanía y la depositaron solemnemente en la Junta Suprema Cantábrica para que esta la exerciese mientras regresaba el mismo Fernando o se colocaba sobre el Trono algún legítimo sucesor suyo; otro tanto han hecho las demás Provincias que no estaban tiranizadas. La discordia y la independencia recíproca de las Provincias arruinaría infaliblemente a la España; la reunión asegura la felicidad de su empresa. Importa mucho reconcentrar el poder soberano para hacerle más respetable y facilitar el anhelado fin de lanzar al más cruel, al más vil, y abominable de los enemigos. Este fue el objeto del establecimiento de la Junta Suprema Central, y esta es su ocupación al presente. Las Provincias que han concurrido a formarla exercen allí su Soberanía por medio de los Diputados que tienen en ella, ¿y por qué la Junta Cantábrica no ha de ejercer allí mismo por medio de los suyos la Soberanía de muchos pueblos que representa? El ejercicio de esta Soberanía en la Junta Central Suprema por parte de la Cantábrica no excita ciertamente la discordia y lejos de eso consolida la unión. Esta Junta tiene sin duda un derecho igual a las otras y no alcanza razón convincente para verse despojada de él.

El territorio de Santander y sus Montañas jamás pertenecieron al Principado de Asturias y los Diputados de este Principado no pueden representar legítimamente a la Junta de Cantabria, ni a los pueblos que la formaron. Entre las Montañas de Santander y el Principado de Asturias hay mojones bien conocidos fixados hace muchos siglos. Las Montañas de Santander en nada dependen del Principado de Asturias, ni en el gobierno eclesiástico, ni en el civil, ni en el fiscal, ni en el militar. En lo eclesiástico depende de su propio obispo, en lo civil de la Chancillería de Valladolid, en lo fiscal de sus privativos Subdelegados y del Intendente de Burgos y en lo militar del Comandante General que reside y debe residir en Santander. Por Real Decreto de 15 de de febrero de 1805 se creó una Comandancia General Militar de la Costa de Asturias y Cantabria separada de la Capitanía General de Castilla la Vieja, y al mismo tiempo que se estableció esta Comandancia sin beneficio de las dos Provincias, y solo por condecorar al difunto Mariscal Truxillo, cuyas relaciones con Don Manuel Godoy son bien notorias, se reunió la Jurisdicción Civil de ambos distritos a la Audiencia de Oviedo, más esto duró un momento: clamaron los Montañeses y lograron unirse otra vez a la Chancillería de Valladolid. La Comandancia General subsiste, más la residencia del Comandante está declarada y fixa en Santander. Aquí es a donde remiten los Comandantes de Armas de Asturias los partes de las ocurrencias militares, y aquí remiten los suyos las Juntas Municipales de Sanidad del mismo Principado y aquí está el Auditor, el Secretario, y el Excmo. de la Comandancia Militar, de manera que por ella depende el Principado de Santander y no Santander del Principado. El Privilegio de Franquicia ejecutoriado en juicio contradictorio con la Real Hacienda es privativo de la Montaña, no común a los Asturianos y lo mismo sucede con las demás gracias concedidas por los Reyes a los Montañeses, por premio de su fidelidad y servicios.

El Principado estableció su Junta y la Cantabria la suya. Ambas ejercieron la soberanía en sus respectivos territorios y ambas se reconocieron recíprocamente independientes. El Principado no habría tolerado esta independencia soberana si Santander y sus Montañas pertenecieran a las Asturias. Por ningún respecto pertenecen a ellas y por consecuencia la Junta de Cantabria no puede estar representada por los Diputados de la de Asturias, Diputados que ella no ha autorizado con los poderes correspondientes, Diputados que no quiere porque los tiene propios, y Diputados que se la señalan sin su previo consentimiento.

Los vocales esta Junta no creerían satisfechos los deberes de su destino ni cumplida la sagrada obligación que han contraído con los pueblos de Cantabria si no expusiesen sus derechos a la Representación Nacional y el justo título con que la solicitan. Para conseguirla han hecho estas observaciones que ponen en mano de V.A.S por medio de su vocal Joaquín de Ceballos, rogando a V.A.S se sirva mandar que pasen a la Junta Suprema Central para que hecha cargo de ellas, tenga a bien acordar la admisión de sus Diputados.

Dios guarde a V.A.S muchos años. Santander 22 de octubre de 1808.

Rafael Thomas, Obispo de Santander, Presidente.
Ángel Gutiérrez de Celis
Joaquín de Ceballos
Jacinto Antonio de Losada
Juan Enrique de la Rigada
Josef Diaz Iglesias
Juan José Sánchez de la Torre Bracho
Juan Domingo Rosillo Anachuri
Francisco Plácido de la Pedraja
Vicente del Camino
Juan Nepomuceno Muñoz
Julián Bringas

Por acuerdo de la Suprema Junta Gubernativa de la Provincia de Cantabria. 
Luis del Campo, su Secretario.

SERENÍSIMO SEÑOR CONDE DE FLORIDABLANCA











viernes, 7 de diciembre de 2018

::: (1956) SEPULCRO DE MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO EN LA CATEDRAL DE SANTANDER :::


AQUÍ YACE ESPERANDO LA RESURRECCIÓN MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO, DEFENSOR DE LA FE CATÓLICA, GLORIA DE ESPAÑA Y HONOR DE LOS CÁNTABROS. DESVELÓ LAS GLORIOSAS GESTAS DE NUESTROS ANTEPASADOS, BREVE PASÓ SU VIDA DE EMINENTE INGENIO Y LARGA DEDICACIÓN AL TRABAJO. 

1856                      1912

SUS RESTOS Y LOS DE SUS PADRES SON TRASLADADOS A ESTE LUGAR EL DÍA 26 DE AGOSTO DE 1956


Esta imagen la he conseguido de aquí


martes, 4 de diciembre de 2018

::: Ángel de los Ríos y su conceptod de territorialidad montañesa :::

"(...)Yo quería, si a tanto alcanzaran mi suerte y mis fuerzas, levantar al lado de la estatua que ostenta nuestra capital, el monumentum aere perennius a los Garci-Lassos, los Cosas, los Velascos, los Revillagigedo, y aun a otros héroes menos conspicuos y no menos dignos de memoria: Gonzalo de Espinosa, el último jefe de los primeros que dieron la vuelta al mundo y brazo de Magallanes, sin el que no la hubieran dado; y los grumetes Juan de Sant-Ander, de Cueto y Juan Martín, de Aguilar de Campoo, que efectivamente la dieron, entre los diez y ocho a que últimamente quedo reducida la tripulación de la nao Victoria.(...)"
 EL ATLÁNTICO
Santander
15 de abril de 1889 


"(...) tan cántabros son los pasiegos, como todos los demás valles de la provincia, y algunos confinantes de otras.(...)".
EL ATLÁNTICO
Santander
1 de mayo de 1895 


La frase debe contextualizarse, como se desprende de la redacción del artículo, en la opinión de Gregorio Lasaga Larreta sobre el origen semítico de los pasiegos. Sin embargo, para Ángel de los Ríos, los pasiegos son de origen cántabro.


Sumamos a estas dos opiniones anteriores otras ya comentadas en este blog en las que el campurriano de Proaño Ángel de los Ríos, Cronista Oficial de la Provincia de Santander, amplia el territorio de La Montaña más allá de la Provincia de Santander.


"(...)Suponiendo un curioso viajero deseoso de conocer la Montaña, deberá saber que bajo esta denominación se entiende lo que hoy es Provincia de Santander, con alguna parte de las de Palencia y Burgos. (...)" 
LA ESPERANZA
Periódico madrileño de tendencia carlista. 
22 de agosto de 1856. 
Artículo "Tipos Montañeses. La Montaña". 
Firmaba con el seudónimo El Hijodalgo.


"(...)Pero entre estas carreteras, y para este objeto, ninguna más importante, si el amor propio y el de mi rincón no me engañan, que la que se acaba de incluir en el plan general de las del Estado, desde Espinilla al collado de Piedras Luengas, para poner en comunicación directa las tres capitales de los tres partidos más montañosos de la Montaña: Reinosa, Potes y Cervera de Pisuerga.(....)"  
CAMPÓO
Periódico semanal de las opiniones, intereseses y literatura de los Campurrianos. 
16 de mayo de 1895. 
Artículo denominado Campóo, Nueva Suiza




Foto de Ángel de los Ríos tomada del libro De Cantabria (1890)



lunes, 3 de diciembre de 2018

::: (NOVIEMBRE DE 1923) DE UNA CONFERENCIA DE SANTIAGO FUENTES PILA EN TORRELAVEGA TITULADA "CANTABRIA ANTE EL PROBLEMA NACIONAL" :::

Son los primeros días del mes de octubre de 1923 y se ha extendido el rumor de que el Dictador Primo de Rivera - recién llegado al poder hacía dos semanas - pretende crear una nueva configuración territorial en España, suprimiendo las provincias y creando nuevas regiones.

Diversos periódicos dan cuenta de una entrevista entre Primo de Rivera y un representante de las Diputaciones vascas en la que el Dictador le habría comentado a este que entre las futuras reformas estaba la de las regiones y que la supresión de esas cuarenta nueve pequeñas administraciones provinciales en que está dividida la Nación era preciso estudiarlo detenidamente, para constituir diez, doce, catorce regiones, las que fueran necesarias o convenientes, dentro de la reducción posible, para crearlas, fuertes, robustas y dotadas de todo aquello que, dentro de la unidad de la Patria, sea posible conceder  y que el deseo sería poder acoplar la división regional a las actuales divisiones militares, pero que eso sería difícil, porque el acoplamiento regional precisaba tener en cuenta las distintas condiciones de las provincias que habían de constituir la región por sus costumbres etnográficas, condiciones geográficas, simpatías, vías de comunicación, etc; que esas dificultades no se le ocultaban, pero que se vencerían todas con buena voluntad.

En Cantabria quien levantó la bandera regionalista fue Santiago Fuentes Pila. No era la primera vez que lo hacía pues ya el año anterior ofreció una conferencia en el Ateneo de Santander titulada El Regionalismo Cántabro. Lo que es y lo que debe ser  (Sábado, 13 de mayo de 1922). 

Volviendo al otoño de 1923, era Santiago Fuentes Pila el principal altavoz en La Montaña de una recién constituida organización política de derechas de ámbito nacional denominada Partido Social Popular, creada en diciembre de 1922 y que acabaría disolviéndose a principios de 1924 tras integrarse la mayoría de sus miembros en la Unión Patriótica, la organización política vinculada a la Dictadura. En los Estatutos del Partido Social Popular se observa que existirá una Junta regional en cada una de las regiones siguientes, siendo una de ellas Cantabria, ignorando la división regional de España en aquellos momentos, pues la Provincia de Santander estaba englobada en la región de Castilla la Vieja. Esta región, según la organización interna del partido, estaba constituida por las actuales provincias de Ávila, Burgos, Logroño, Segovia y Soria. No cabe duda de la influencia de Santiago Fuentes Pila a la hora de reclamar para Cantabria la categoría de región dentro de su partido. Algo natural, por otra parte, dentro de la Provincia de Santander, donde existía una amplia opinión de que por si sola constituía una región como cualquier otra de España. Por esas mismas fechas, diversas organizaciones deportivas, como la Federación Regional Cántabra de Futbol, y como su nombre expresa, regía los destinos de la región de Cantabria en el mundo futbolístico, organizando incluso partidos de Cantabria contra Aragón o Asturias.

Perteneciente a la dirección del Partido Social Popular, y meses antes de la llegada al poder de Primo de Rivera, había escrito en Madrid un comunicado el 18 de abril de 1923 titulado Carta  manifiesta a los electores de la circunscripción pues el 29 de abril estaban convocadas elecciones generales, a la que finalmente no concurrió su formación. Dicho comunicado sería publicado en El Cantábrico el 22 de abril, exponiendo que "procuraré difundir las doctrinas y postulados del derecho público cristiano que contiene el programa del PARTIDO SOCIAL POPULAR, cuya ideológica posición y estructura, no sólo permite actuar en provechosa política de carácter nacional, sino también desarrollar una fecunda labor regionalista de afirmación, defensa y reconocimiento de la personalidad social y pública de Cantabria.(...) Al reiterar mi gratitud a los amigos y masas católicas de mi país hago, una vez más, sincera ofrenda de mi pobre inteligencia y voluntad en servicio de Cantabria y España".

A raíz de los supuestos planes del Directorio Militar de Primo de Rivera de configurar nuevas regiones, escribió un artículo en el periódico El Pueblo Cántabro denominado Acción regionalista. La personalidad de Cantabria (27 de octubre de 1923) donde expuso que la Provincia de Santander, a tenor de los argumentos de Primo de Rivera, cumplía los requisitos para constituirse en Región y para la que Fuentes Pila solicitaba la denominación de Cantabria. 

El día 17 de noviembre de 1923 daría una conferencia en el Teatro Principal de Torrelavega que llevaba por título Cantabria ante el problema nacional según recoge El Cantábrico del día 16 de noviembre de 1923. 

Por otro lado, El Diario Montañés publicó el 20 de noviembre una crónica relativa a este evento titulándola Desde Torrelavega. La conferencia de Fuentes Pila. Iba firmada por David Valenzuela y finalizaba de esta forma tan irónica.


domingo, 2 de diciembre de 2018

::: (1918) ARTÍCULO "Y NOSOTROS EN LA HIGUERA" , POR TOFERMON, RESPECTO A LAS CAMPAÑAS AUTONOMISTAS DE AQUEL AÑO :::

Y nosotros en la higuera
Por Tofermon
El Cantábrico
29 de noviembre de 2018

Los montañeses, y los que aún no siéndolo, podemos considerarnos como tales, somos incorregibles. Diríase que estábamos bajo la calmante acción de un anestésico. Tenemos menos iniciativas que una ostra y sin embargo, postineamos porque Santander cuenta con dos líneas de tranvías eléctricos, así una de ellas (la de los “blancos”, cuando los hicieron) encierre más peligros para el viajero que para naciones enemigas los inventos del señor Vierna González.

De Norte a Sur y de Este a Oeste corren por toda España vientos autonómicos, aires de independencia, protestas contra el tiránico centralismo, algo, en fin, que revela vitalidad y deseos de romper el  yugo que envilece y debilita. 

Rompieron el fuego los catalanes, y a los vibrantes acordes de “Los Segadores” descastellanizaron a la rica si que también flatulenta alubia y al duro y pesado garbanzo. Los nombres de estos artículos de primera necesidad fueron sustituidos por otros dos de sonido más dulce y armonioso: moncheta y sidrón. ¡Hasta en eso son grandes los catalanes!.

¡Garbanzo!¡Alubia!. ¿No es cierto que esto es de un plebeyísimo y prosaico sabor que tira de espaldas? En cambio, ¡sidrón!.¡moncheta!...¡qué cadencia tan singular y qué poesía tan dulce encierran esas dos palabras!.

Tras los catalanes, alzaron su voz los vascos, y éstos, tal vez por su familiaridad con el hierro, pidieron con más dureza que los paisanos de Cambó y Ventosa su desespañolización. Ningún acto de los que realizan los españoles les parece bien; todo para ellos es despreciable. ¡Hasta aquella emocionante azaña, en la cual Guzmán el “Bueno” se desprendió de su puñal, con el fin de que degollasen a uno de sus dos hijos antes de que Tarifa cayese en poder de la morería encallanada, carece de valor para los vascos!

A estos y a los catalanes han seguido los valencianos y a los valencianos, los madrileños, los gallegos y los andaluces, y, por último, los extremeños. Y mientras se realizan esos movimientos en las regiones citadas; mientras sus hombres laboran por ensancharlas y engrandecerlas, los montañeses seguimos en la higuera o contemplando desde lo alto de Piquío cómo las olas del mar se atropellan unas a otras.

¿A qué obedece esa quietud y ese indiferentismo? ¿Por qué, pues, no pedir nosotros también nuestra independencia?¿Quién para ello en mejores condiciones que los cántabros montañeses?

No hagamos comparaciones, que siempre son odiosas, pero díganme ustedes, ¿qué productos da Bizkaya?¿Que produce hierro? Conformes. ¿Qué da buen chacolí? Conformes asimismo. En cambio la Montaña produce, como Bizcaya, hierro; se recolecta maíz, patatas y nabos; se fabrican mantequillas, mejor que las de Soria, pantortillas de Reinosa y Bárcena; tenemos manantiales cuyas aguas pueden competir con las de Vichy y Mondáriz; en leche podemos codearnos con Suiza y llamar de tú a Holanda…

Y en lo que se refiere a repollos y a amas de cría, esos son dos tesoros de muchísimo más valor material que el tesoro del Delfín. Y, si no, díganme ustedes: ¿Quién es el mortal que desconoce la fama de los repollos de Cueto, Monte y San Román?¿Y quién es el que, habiendo sido amamantado por una pasiega, puede negar la supremacía que sobre el de las demás mujeres tiene el jugo lácteo de las hijas de Pas? Nadie.

Si con todas estas fuentes de riqueza que hemos enumerado y otras que omitimos, no pedimos nuestra más amplia autonomía, nuestra independencia, nuestro derecho a regirnos sin permitir injerencias extrañas, digamos que de la raza cántabra no nos queda más que el nombre y ese muy borroso: y avergoncémonos al propio tiempo ante la energía de esas regiones que se disponen a constituirse en nación independiente, así, como Bilbao, no cuenten con otras fuentes productoras más que el hierro y el chacolí.

TOFERMON




jueves, 29 de noviembre de 2018

::: (1913) 'LECHERÍA CÁNTABRA' EN SANTANDER, ESQUINA RUBIO Y CERVANTES :::

Ahora que se habla bastante de la peatonalización de la Calle Cervantes, no está de más recordar este establecimiento que hubo por allí hace un siglo.


::: (FINALES DEL SIGLO XVIII) EL LEBANIEGO RAFAEL DE FLORANES Y SU DISTINCIÓN ENTRE CASTILLA Y CAMPOS :::

En el Capítulo I de las Memorias para la historia de la ciudad y tierra de Toro escritas por el lebaniego de Tanarrio Rafael de Floranes, explica este autor la impropiedad de englobar bajo el nombre de Castilla a las tierras conocidas como Campos o Tierra de Campos. 

"Esto se ve claro en los Montañeses y Asturianos, los quales quando bajan por ellos (granos) a los mercados de Villada y Sahagún, dicen que van a Castilla por trigo."


martes, 27 de noviembre de 2018

::: OTRAS PUBLICACIONES 'CÁNTABRAS' MENOS CONOCIDAS :::

EL PRACTICANTE CÁNTABRO (1929)
Boletín mensual del Colegio de Practicantes de Santander.

CANTABRIA ESCOLAR (1932)
Revista de la Federación Montañesa de Estudiantes Católicos

CANTABRIA ESCULTA (1932)
Revista de los Exploradores (Scouts) Santanderinos 

EL APICULTOR CANTÁBRICO (1928)
Órgano del Sindicato de Apicultores de Cantabria
He dado con esta publicación, aquí.


lunes, 26 de noviembre de 2018

::: (1922) POLÉMICA SUSCITADA ACERCA DEL GENTILICIO CON EL QUE DEBÍA SER NOMBRADA LA NUEVA FEDERACIÓN REGIONAL DE FÚTBOL :::

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EL DIARIO MONTAÑÉS
 30 de septiembre de 1922
Sección ”LOS DEPORTES”
¿CÓMO DEBE LLAMARSE LA FUTURA FEDERACIÓN?

Si un cambio en el nombre de la Federación a que pertenecíamos ha motivado el tan discutido pleito vasco-montañés, justo es que al organizar esa futura Federación de foot-ball procuremos denominarla con un nombre apropiado, de verdadero significado, aunque realmente comprendemos que el problema es, contra lo que pudiera creerse, de bastante difícil solución. ¿La llamaremos montañesa?, ¿es más apropiado el nombre de santanderina?, como se propone en la carta que al final publicamos, ¿es más legítimo el de cántabra? Nosotros desearíamos conocer la opinión, no solo de los aficionados al foot-ball, sino también de todas aquellas personas cultas, eruditas, conocedoras de la historia de nuestra provincia, para que entre todos orienten a los santanderinos a elegir el nombre que verdaderamente nos personalice. El asunto es de verdadera importancia, pues, como decíamos antes, el origen de nuestra próxima disgregación de la Vizcaína no es más que el no querernos cobijarnos con un nombre que para nada nos pertenece, por lo que nada más natural que esforzarnos en buscar el nuestro propio. He aquí la carta que hemos recibido:

Santander, 29-9-922

Señor redactor deportivo de EL DIARIO MONTAÑÉS.

Mi querido amigo y distinguido compañero: Siendo ya un hecho la constitución en nuestra provincia de un organismo bajo el cual tengan vida legal todos o la mayoría de los clubs de foot-ball, falta ponerle un nombre o título. Y esto es muy interesante: yo entiendo que lo de Federación Montañesa no está bien. Razonemos. 

Por montañés, conocen en todo tiempo y lugar los que viven en el valle, a los que habitan en las alturas. Tan montañés es el que vive en las cresterías del Mulhacén granadino, como el que vive en los altos de Rocías, como el que mora en las nevadas cumbres de Peña Labra o de Peña Rubia. El nombre de montañesa es demasiado genérico y no distingue íntegra y determinadamente la característica de región. Por estas razones - y otras muchas que se podrían aducir - nuestra Federación debe llamarse Federación Regional Cántabra. Y como viene como anillo al dedo, permíteme que exhumando un texto te recuerde lo que el inmortal maestro dejó escrito:

“Puso Dios en nuestras “cántabras” montañas…”

¿Estamos conformes? Sabes mucho lo que te aprecia tu buen amigo Manuel Peral, redactor de “Vida Deportiva”.

Una vez más repetimos que, con mucho gusto, recogeremos cuantas opiniones quieran mandarnos.

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EL DIARIO MONTAÑÉS 
1 de octubre de 1922
Sección “LOS DEPORTES”
DE FOOT-BALL
¿CÓMO DEBE LLAMARSE A NUESTRA FEDERACIÓN?

Este problema planteado ayer en nuestras columnas parece ser que los aficionados le han recibido con gran entusiasmo a juzgar por las valiosas opiniones que hemos recibido. Naturalmente que nosotros suplicamos a los que tengan a bien intervenir en este tan importante asunto, el que nos envíen sus escritos en cuartillas y en forma publicable, para evitarnos a nosotros el enorme trabajo que supone el adaptarlo. Hoy solo publicaremos un extracto de una carta firmada por Pedro Chico y que, en resumen, dice lo siguiente:

“Me parece inadaptable el nombre de Federación Regional Cántabra a nuestra Federación futbolística, ya que la palabra cántabro no nos pertenece a los santanderinos exclusivamente. Cantabria es la antigua región septentrional de España, en las costas de Asturias, Santander y Vizcaya, y que comprende territorios de Burgos, Palencia, Oviedo, León y Santander. Por lo tanto, tan cántabros somos los santanderinos como los de determinadas regiones de las provincias arribas mencionadas. Así que mi opinión es que se titule Federación Regional Santanderina, por ser, a mi juicio, el que mejor y con más claridad expresa el deseo de la afición santanderina. “

En nuestra “Página Deportiva” del martes publicaremos un interesante artículo que sobre esta cuestión hemos recibido de un distinguido y prestigioso aficionado que firma con el seudónimo de “Cuco”.
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EL DIARIO MONTAÑÉS
3 de octubre de 1922
Sección “LOS DEPORTES”
PARA D´ABIONZO
¿CÓMO DEBE LLAMARSE LA FUTURA FEDERACIÓN?
¿MONTAÑESA?¿SANTANDERINA?¿CÁNTABRA?

La nueva F.R de Fútbol que va a surgir de nuestra tierra tiene indefectiblemente que ser bautizada al comenzar su vida. No soy yo de aquellos que, en estos menesteres del deporte, se extasían ante el logro que impere un nombre amado. No soy como Raja, a quien con ese motivo le ha sucedido lo que a Sanchica en la celebérrima ocasión que Cervantes nos contó, ni siquiera como el bueno de Don J.M.Mateos, satisfecho también de que, habiendo una próspera federación con el nombre de Vizcaína (no quiero averiguar si el estimado amigo nació tras los montes de Orduña), ya no habrá disgustos, ni diferencias, ni choques, ni murmuraciones, ni tal cual violencia…No; ahora ya pueden dormir contentos y satisfechos todos aquellos que por prurito de unir la tierra más o menos nativa al juego futbolístico, traspasan los límites de lo corriente y de lo racional.

No soy, no, de esos. En estos asuntos de deportes prefería que las Federaciones se demarcaran escrupulosamente, no solo atendiendo a la homogeneidad, sino también a la geografía y cien otros interesantes detalles que no deben olvidarse ¿No están a nuestra disposición los nombres de Sur, Norte, Este, Oeste y sus derivados y componentes? Pero como ya - hoy por hoy -, son hechos consumados la existencia de Federaciones Asturiana, Vizcaína, Guipuzcoana, Gallega, Catalana, Aragonesa (lo de las tres últimas, pase) no hay más remedio que someterse y pensar seriamente en el nombre de la nuestra.

Démosle el más adecuado y que mejor responda al concepto de Federación, no sin lamentar que el criterio superior y el demasiado exclusivismo de vecinos nuestros, nos hayan conducido a este momento. No cuadra bien, en mi sentir, el nombre de montañesa. Con amar yo apasionadamente a la Montaña, por antonomasia, estimo que es poco apropiado. Se nos dice Montañeses en Vizcaya, acaso en parte de Guipuzcoa, en Asturias bastante, generalmente; en las vecinas provincias leonesas y castellanas; en parte de Andalucía. Pero en la gran mayoría de la nación se prestaría a equívocos y serían siempre precisas aclaraciones. Y en el extranjero, por descontado. No está bien, pues.

Mejor le cuadra el apelativo de santanderina. Santander es ciudad que, aunque pequeña ella y pequeñísima su extensión y cortísima su diseminada población, es algo conocido por el mundo. El nombre de su puerto, la belleza y variedad de sus paisajes, la fama de sus escritores y poetas, la celebridad de sus doctores, el clásico del ingenio de sus naturales, la Corte, en fin de los Reyes, nos han dado cierta notoriedad. Pero el nombre de Santander capital envuelve al Santander provincia; y como el nombre ha de ser el común a todos los que se cobijen en la Federación, es prudente, a no dudarlo, escoger un nombre más preciso y que a la vez diga algo geográfica, histórica y regionalmente. En mi concepto, con ser aceptable, no es el mejor el de Federación Santanderina.

¡Cántabra! ¿Será este el apelativo deseado? Ayer el corresponsal de un semanario deportivo, señor Peral, en este periódico, se inclinaba por esta solución. Indudablemente, este antiguo deportista - aunque joven - tiene buena adaptación y excelente memoria y ha llegado a una conclusión única. No cabe duda. El nombre debe ser el de cántabra. Veámoslo.

Es indudable que con otro criterio deportivo la Federación Cántabra debería ser desde Ribadeo hasta el Bidasoa. Respetemos el criterio opuesto. Asturias tiene de algunos siglos a esta parte su personalidad bien definida; de mucho tiempo acá, nadie podrá entender, al hablar de Cantabria, que se alude a la hermosa región de nuestro occidente. Del mismo modo la región vascongada española no es confundida con ninguna otra. Y aunque cierto es que en años de la dominación romana y anteriores formaba parte de una Cantabria, no bien determinada hasta hoy, es evidente que nadie que en este siglo hable de cántabros y de Cantabria, entenderá jamás que se refiera ni a Álava, ni a Guipúzcoa, ni a Vizcaya.

No así con nuestra región, poco ha desprendida de Burgos. Forma ella como el centro, como el corazón de Cantabria. Bien se siga, con algún escritor, que tomó nombre de ciudad asentada no lejos del nacimiento del Ebro, ya se afirme que a estos montes vinieron moradores de Asia, que nos trajeron el nombre; lo cierto, indiscutible es que quien puede y debe hoy adoptar y apropiarse permanentemente el nombre de Cantabria es lo que hoy llamamos provincia de Santander, con aspiraciones de agregarse en su día pueblos y valles que lo están pidiendo a voces. Es más. He pensado muchas veces cómo nuestros gobernantes, nuestros representantes en Cortes, nuestras corporaciones, no habrán trabajado con entusiasmo y ahínco para que esta provincia se denomine PROVINCIA DE CANTABRIA, capital Santander. Nadie con más derecho, y hoy digámoslo categóricamente, con el más grande de los derechos. Y siendo esto así, ya está indicada la denominación: ¡Federación Cántabra!.

Y añado que si, lo que no espero, algún día se acuerdan nuestros directores de la memoria de aquellos Cántabros y de aquella región famosa, y estiman que somos, sin disputa sus más directos y legítimos herederos, debiéndosenos revalidar el nombre preclaro de Cántabros, que pidan a la vez, al Gobierno de Su Majestad que rehabilite el título de Duque de Cantabria y que sea adjudicado a un hijo de nuestro Monarca o al Monarca mismo, si es que no digo un disparate “nobiliario” embarullado con un asunto deportivo. Autor: CUCO


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LA ATALAYA
4 de octubre de 1922
“SECCIÓN DEPORTIVA”
ALGO SOBRE LA FEDERACIÓN

Todos son comentarios y cábalas en lo referente al nombre que debe de darse a la futura Federación de football en que deben de unirse nuestros clubs. Son muchos los nombres que se han pensado, y parece ser que algo atinado estaba el redactor de “Vida Deportiva”, nuestro particular amigo don Manuel Peral, según carta que publicó en las columnas deportivas de nuestro colega “El Diario Montañés”. Sin embargo, nosotros opinamos distintamente, teniendo en cuenta las razones que aduce y que copiamos a continuación. “El nombre de Montañesa es demasiado genérico y no distingue, íntegra y determinadamente, la característica de región”, y “que debiera llamarse Federación Regional Cántabra.”

“Radium”, el cronista deportivo del “Noticiero Montañés”, opina, cual nosotros, que existe un nombre apropiadísimo para dársele a la Federación, que es el de Castilla la Vieja. Es nuestro verdadero nombre: el nombre que se debe ostentar, puesto que castellano viejos somos. Burgos, Logroño, Soria, Segovia y Ávila, ¿no son nuestra verdaderas ciudades hermanas?. ¿Por qué no hemos de tratar de unirlas a nosotros, a pesar de la distancia, procurando practiquen con verdadera fe el deporte foot-ballístico, puesto que, además de este manera obtendríamos la Federación más potente de cuantas existen?.
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EL DIARIO MONTAÑÉS
 5 de octubre de 1922
Sección “LOS DEPORTES”
¿CUÁL DEBE SER EL NOMBRE DE NUESTRA FEDERACIÓN?
Por Cantabria

No quiero demorar por más tiempo el cumplimiento de la promesa hecha hace varios días a mi buen amigo el cronista deportivo señor Peral, quien no parando mientes en mis escasas letras en todo lo que en deportes se relaciona, me requirió para que, al amparo de las columnas de EL DIARIO MONTAÑÉS, formulase mi opinión acerca del apelativo con que se ha de designar a la nueva Federación “futbolística” hoy en estado constituyente; y aunque mi falta de autoridad científica atemoriza mi ánimo, me da esfuerzo y valor para compensar con exceso esta flaqueza, mi acendrado cariño a la patria chica.

Por ello, declaro sin vacilaciones que en esta hermosa tierruca a una entidad regional, sea su carácter deportivo, artístico, científico, o de otra índole, no le cuadra en puridad mote más apropiado que el de cántabra, por ser la antigua Cantabria la región natural que comprende con ligeras variantes “todo” el territorio de la actual Provincia de Santander, y entiéndase que mal puede reivindicarse el nombre de santanderinos como patrimonial de los habitantes de esta provincia, cuando no obstante ser ya casi centenaria la ley que, imitando el modelo francés de los departamentos, dividió el suelo nacional en cuarenta y nueva provincias, hoy es el día que la nuestra se la conoce por el nombre de la Montaña, y montañeses son denominados sus hijos en casi toda la península.

Si aquí terminara mi alegato pudiera decirse que me había salida coja la argumentación, pues enderezada a probar la primacía de la palabra Cantabria para designar nuestra región, habría demostrado más bien ser conocida ésta por la Montaña; más siendo evidente que por santanderinos no se entiende más que naturales de la ciudad de Santander, conviene discurrir acerca de si, a pesar de ser designados por antonomasia con el vocablo montañeses los nacidos en esta provincia, tiene algún valor histórico dicha designación. De que no la tiene, es la mejor prueba el que en el régimen administrativo anterior a la división provincial, dependía la nuestra con la denominación Montañas de Burgos del Merino Mayor de la ciudad del Cid, de manera que lo de llamarse la Montaña por antonomasia tampoco es cosa antigua, ni de tiempo inmemorial; también es sabido que eran y son conocidos con el nombre de montañeses los habitantes de la parte alta de la provincia de León, y de igual modo los del Alto Aragón y otras comarcas.

Tiene, en cambio, la voz Cantabria para nosotros un alto sentido histórico, de atavismo racial que ha culminado en el pasado siglo XIX en momentos de exaltación nacional o política: dígalo sino, en la Guerra de la Independencia la División Cántabra, que mereció de Wellington elogios que parecerían hiperbólicos sino hubiesen sido justos, y los Batallones Cántabros formados al calor de la idea política y religiosa en nuestras luchas civiles.

No quiero terminar sin hacer constar que incurren en error de bulto quienes suponen que Vizcaya y Asturias formaron parte de la Cantabria primitiva; a ésta la separaba de sus vecinos los Autrigones, hoy Vizcaínos, la ría de Oriñón, y de los Astures, Tinamayor, y si bien alguna parte de las provincias de Palencia y de León fue asiento de las tribus cántabras, esto lejos de menguar la personalidad histórica de nuestra región la agranda al asignársele mayor territorio. Y como lo que se predica del todo se predica igualmente de cada una de las partes, por cántabros nos debemos tener los naturales de la Tierruca, que toda fue Cantabria gloriosa, aunque tengan asimismo derecho a ostentar igual origen algunos territorios de otras provincias; más ninguna íntegramente como la nuestra por la cual no hay lugar a confusiones.

Más razones se podían agregar a las aducidas, pero por no hacer alardes eruditos, que no son del caso, me he reducido a lo expuesto, esto es, que nuestra realidad histórica es Cantabria, Cantabria nuestra blasón y cántabro nuestro linaje. Autor: J.L


viernes, 23 de noviembre de 2018

::: EL APELLIDO CADELO (CAMARGO) :::

Como bien decía María del Carmen González Echegaray en Camargo, mil años de historia, el origen del apellido Cadelo se atribuye a distintos sitios, entre ellos a Galicia y hasta a Italia.

Es un apellido que desde siempre se documenta en Camargo, así como en otros valles cercanos, pero es en el primero donde más frecuencia tuvo. La duda que tienen muchos es si surgió en Camargo o llegó de otra parte.

Sin embargo, Doña Carmen apuntaba un origen local a este apellido. Para nosotros el barrio que se cita como Caudelio en la ya citada donación de Doña Eylo en el año 1025, en el lugar de Igollo, es posiblemente el origen de este apellido. Doña Carmen decía también que comparte con nosotros esta opinión el investigador D. José Manuel de la Pedraja González del Tánago.

Las dudas sobre el origen camargués de este apellido vienen porque, aún constando de siempre el apellido en este valle, no se conoce en el territorio camargués ningún sitio, mies, paraje, etc, ningún topónimo en definitiva, que sea nombrado como Cadelo. No obstante, si que existió un sitio llamado Caudelio que, en el caso que hubiese trocado este después a Cadelo, sería el origen del apellido.


Libro de regla o Cartulario de la antigua abadía de Santillana del mar
 Eduardo Jusué
1912
Páginas 83 y 84


viernes, 16 de noviembre de 2018

::: (1933) VICENTE TRUEBA, EL HOMBRE DEL TOUR DE FRANCIA DE AQUEL AÑO:::

Wikipedia dice que "Vicente Trueba (Sierrapando, Torrelavega, Cantabria; 16 de octubre de 1905 – Riotuerto, 10 de noviembre de 1986) fue uno de los cuatro únicos corredores que consiguieron finalizar todas las etapas con el control de tiempo abierto en la edición de 1933 del Tour de Francia. Aquel año, la organización decidió relajar la normativa y permitir así que un mayor número de ciclistas terminaran la prueba. De no haber sido así, Trueba habría sido el vencedor del Tour." Para conocer más de aquella historia, hay que leer este enlace.


"Desde EL CANTÁBRICO mando un abrazo a todos los montañeses y un saludo a toda España, prometiendo, si puedo, llegar a París." 
VICENTE TRUEBA 
Pau, 17-7-1933





sábado, 10 de noviembre de 2018

::: (1963) "SOY CÁNTABRO CIEN POR CIEN, PERO ME IDENTIFICO MONTAÑÉS", DECÍA LUIS REDONET LÓPEZ-DÓRIGA :::

Opinión de Luis Redonet López-Doriga en CANTABRIA, revista de El Hogar Montañés de Madrid (número de octubre de 1963), acerca de la propuesta de la Diputación de cambiar el nombre provincial de Santander por el de Cantabria. 

Luis Redonet López-Doriga (1875-1972) tenía entonces 88 años. Era Presidente Honorario del Centro de Estudios Montañeses y miembro de la Real Academia de la Historia, entre otros cargos.