miércoles, 27 de marzo de 2019

::: (4 DE ABRIL DE 1928) CARTA DEL AFICIONADO GIMNÁSTICO ELOY JAUREGUI MARTÍNEZ A 'EL CANTÁBRICO' PARA MOSTRAR SU APOYO AL RACING CLUB ::

El Cantábrico
4 de abril de 1928

Sollerius, a quien va dirigida la carta, era el seudónimo de Luis Soler, principal cronista deportivo de El Cantábrico. El autor de la carta, Eloy Jáuregui Martínez, parece un activo seguidor de la Real Sociedad Gimnástica de Torrelavega. En la misiva muestra su apoyo al Racing Club de Santander ante su próximo partido ante el Athletic Club de Bilbao, correspondiente a un encuentro del Campeonato de España, máxima competición futbolística en España por entonces.

Eloy Jáuregui Martínez, así como otros miembros de su familia, aparecen varias veces nombrados por el corresponsal en Torrelavega de El Cantábrico, debido a diversas facetas de sus vidas, por lo que debían ser una familia conocida en la capital del Besaya. Seguramente sea quien, tras el asesinato del director del periódico La Región, Luciano Malumbres, por un miembro de la Falange el 4 de junio de 1936, escribiera un telegrama o carta a ese periódico en los siguientes términos: "Asqueado de esta república de fascistas pistoleros y asesinos, mi más sentido pésame, camarada Matilde, por la muerte de su compañero, sabe llevo su pena como propia. Un abrazo fuerte de su camarada y amigo. Eloy Jáuregui (Sordo). Torrelavega".

Jáuregui aparece en una lista de miembros del Partido Comunista que solicitaron ser evacuados al extranjero en 1937, junto a cuatro acompañantes, que generalmente eran familiares. Curiosamente, el cronista Sollerius (Luis Soler) fue quizás el principal corresponsal de guerra de El Cantábrico, dando cuenta de la actividad del bando republicano en Cantabria.


sábado, 23 de marzo de 2019

::: (28 DE OCTUBRE DE 1928) BANQUETE-HOMENAJE EN HONOR DE MARIANO MUÑIZ, PRESIDENTE DE LA REAL SOCIEDAD GIMNÁSTICA DE TORRELAVEGA, EL CUAL ABOGA POR EL AMOR Y LA PAZ ENTRE LOS DEPORTISTAS DE CANTABRIA :::

El Cantábrico
30 de octubre de 1928



Homenaje celebrado en el Hotel Comercio siendo organizado por el deporte torrelaveguense. Dice el cronista que asistieron 200 comensales, no pudiéndose ser admitidos más por las dimensiones del comedor. 

Insertamos la parte final del discurso del presidente gimnástico donde predica el amor y la paz entre los clubes y deportistas de Cantabria, finalizando con vivas a Santander, a Torrelavega, a Cantabria y al Racing Club.


Mariano Muñiz Castaño era asturiano. Abogado y notario de profesión, llegó a ser alcalde de Torrelavega en los últimos tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera, además de jefe del Partido Liberal en dicha ciudad. Siendo Presidente de la Sociedad Gimnástica solicitó el título de Real para el club, concediéndole el Rey este título el 5 de marzo de 1923. Falleció en Burgos en 1935 donde había ido a realizarse una operación quirúrgica.


sábado, 9 de marzo de 2019

::: (8 DE NOVIEMBRE DE 1923 y 25 DE AGOSTO DE 1926) DOS ARTÍCULOS DE DANIEL CAZÓN ROBLES, ABUELO MATERNO DEL EX PRESIDENTE DE CANTABRIA JUAN HORMAECHEA CAZÓN, SOBRE LAS ROTURACIONES ARBITRARIAS Y LA SEQUÍA :::


Daniel Cazón Robles nació en Lantueno (Santiurde de Reinosa) el 17 de mayo de 1888 .

Siendo maestro en Astillero fue fusilado por el bando franquista el 15 de octubre de 1937, a los 49 años de edad. (Pinchar aquí)

Fue enterrado en una fosa en el Cementerio de Ciriego donde sería identificado a comienzos de este siglo. (Pinchar aquí)

Enrique Cazón Coterillo, uno de sus hijos, del lado del bando republicano en la Guerra Civil, "murió heroicamente en uno de los frentes de la provincia",  a los 21 años de edad, según se lee en una esquela publicada en El Cantábrico del 29 de noviembre de 1936.

Uno de sus nietos, Juan Hormaechea Cazón, llegó a ser Alcalde de Santander (1977-1987) y Presidente del Gobierno de Cantabria (1987-1990 y 1991-1995).



El Cantábrico
8 de noviembre de 1923





El Cantábrico
25 de agosto de 1926


viernes, 8 de marzo de 2019

::: (1906-1907) MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO ESCRIBE UNA CARTA AL AYUNTAMIENTO DE REINOSA AGRADECIENDO EL APOYO RECIBIDO EN LA CAPITAL CAMPURRIANA TRAS NO HABER SIDO ELEGIDO DIRECTOR DE LA REAL ACADEMIA DE LA LENGUA ~~~ EL MENSAJE DE SANTANDER Y LA RESPUESTA DE MARCELINO :::

El Cantábrico
24 de marzo de 1907
Crónica escrita por Higedo, alias del escritor campurriano Julián González Martínez.


Aunque no se menciona, esta carta enviada por el polígrafo santanderino a la entonces Villa de Reinosa se enmarca dentro los apoyos que recibió por no haber sido nombrado Director de la Real Academia de la Lengua, cargo que recaería en Alejandro Pidal. El 30 de diciembre de 1906 había leído un Discurso de acción de gracias al pueblo de Santander, contestando de esta forma al homenaje que le había ofrecido su ciudad en desagravio por su no elección del cargo citado. Esta carta dirigida al ayuntamiento reinosano, según el epistolario conservado del escritor santanderino, está fechada en Madrid a 14 de marzo de 1907.



Aquí el mensaje dirigido a Marcelino Menéndez Pelayo en nombre de la ciudad de Santander y que le fue entregado el 30 de diciembre de 1906 en su domicilio. Después pronunciaría el Discurso de acción de gracias.



El siguiente texto está copiado de aquí. Y aquí un artículo de 2006 publicado por El Diario Montañés relativo al tema, "que forma  parte de la historia cultural cántabra" según el periódico.

Señor Alcalde. Señores:

Quien recibe tan singular testimonio como éste, de pública estimación, de simpatía desinteresada, de noble y cordial afecto en que vibra el alma de un pueblo entero, movido por razones de índole espiritual y ajenas a las pasiones que dividen y enconan a los hombres, debe mirar este momento como uno de los más graves y solemnes de su vida. Imaginad lo que será para mí, que en vosotros veo, no sólo la representación siempre honrosa de una gran ciudad, sino de la ciudad mía; de la que siempre amé con amor indómito y entrañable; de la que enseñó mis ojos a ver y mi espíritu a pensar; de la que educó mi corazón y templó mi carácter; de la que rigió mi padre con la vara del magistrado municipal que veo en vuestras manos; de la que edificó mi madre con los santos ejemplos de su vida; de la que guarda en su tierra bendecida los restos de los dos, esperando a que con ellos vayan a unirse los míos. A esta familia, a esta casa, a cuantos llevaron dignamente el modesto y honrado apellido que me cupo en suerte, se encamina, más bien que a mí, y en ellos mejor que en mí recae, la presente manifestación, que es la más alta que un pueblo puede tributar a un ciudadano suyo. Yo, en nombre suyo, la acepto, seguro de que sus sombras se han de regocijar en este día.

Con vuestra presencia honráis hoy esta biblioteca, obra de mi paciente esfuerzo, única obra mía de la cual estoy medianamente satisfecho, y que acaso no existiría si no hubiese tenido por primer fondo los libros que comencé a reunir por tierras extrañas cuando la protección del Ayuntamiento y de la Diputación de Santander me proporcionó los medios de completar en otras escuelas de Europa mi educación universitaria.

Es rasgo de hidalguía en los montañeses no recordar los beneficios que han hecho, ni siquiera cuando acumulan a ellos otros beneficios nuevos. Persuadidos como nuestro prócer poeta del siglo XV de que «dar es señorío, recibir es servidumbre», a nadie hacen sentir el peso de tal servidumbre, en dichos ni en obras, y honrando al que recibe el beneficio, se libran del temor de hacer ingratos. Y yo lo sería ciertamente sino declarase en tan solemne ocasión como ésta, que gracias a aquel generoso arranque, quizás olvidado ya en Santander, de los que os precedieron en el regimiento de la villa y en la administración de su provincia, pude llegar a ser un modesto, pero asiduo trabajador de ciencia literaria, importar a España algunas novedades útiles, educarme en la gimnasia del método histórico-crítico, en que tanto comienzan a aventajarme mis discípulos, entender con más alto sentido lo español, y acrisolar el amor de la patria en el contraste con lenguas y literaturas extrañas. Si mi labor no ha sido enteramente desmedrada, si algo de ella merece vivir, sobre Santander quiero que principalmente recaiga ésta que sería temeridad y presunción llamar gloria, porque la gloria no habita las pobres y silenciosas moradas de los eruditos, sino los regios alcázares de la fantasía y del genio.

Aquí, donde sin hablar de regionalismo, le sentimos y le practicamos hondamente, tiene el vínculo patriótico que nos une un grado de fuerza y cohesión que en muchas provincias de España no se concibe siquiera. Un motivo acaso leve, una persona por cierto no la más meritoria, adquieren en ciertos casos un prestigio insólito, porque en él se suma con el valer personal, que puede no ser grande, el inmenso prestigio colectivo, labrado por la mano de sucesivas generaciones. Así la presente fiesta literaria, que por raro caso viene a hacer brotar las rosas de la primavera entre los hielos del invierno y los hielos de mi alma, no  es homenaje a mí, sino a la literatura montañesa de mi tiempo, de la cual por triste privilegio he venido a ser el decano cuando todavía pudieran estar entre nosotros, llenando de gloria a nuestro pueblo con obras, inmortales, dos varones verdaderamente preclaros, únicos dignos de ceñir la corona de laurel y roble que para ellos tejieron las adustas y selváticas deidades de nuestros montes. Ellos cumplieron mejor que yo con la deuda sagrada de emplear en servicio de la tierra natal la mejor parte de su obra. Las creaciones del uno, timbre imperecedero del realismo español; los cuadros que trazó de la Cantabria agreste y marinera, van logrando carta de ciudadanía en todas las literaturas del mundo. La obra del segundo, prolija, paciente, sabia, menos accesible a la común lectura por el artificio refinado de su estilo, apenas ha traspasado los linderos del país natal, pero su semilla ha prendido en algunas almas capaces de comprenderla, y está destinada, sin duda, a un género de inmortalidad, no por recogida y modesta, menos envidiable.

Hoy que la vida intelectual renace entre nosotros (¿y quién ha de dudarlo en vista del acto presente, grande y significativo en sí, no por la persona a quien se dirige?), tributemos un piadoso recuerdo de admiración al gran novelista don José María de Pereda, cuyo monumento debe alzarse pronto en Santander, como lo reclaman los votos de todos los españoles de ambos mundos; y al delicadísimo y profundo poeta don Amós de Escalante, que en Costas y Montañas nos dejó el libro clásico de nuestra geografía y de nuestra historia, y que en Ave, Maris Stella realizó el prodigio de dar voz a nuestros antepasados, y recoger «la varia y generosa poesía que yace manifiesta u oculta en las antiguas leyes, en las costumbres, y en el paisaje sublime de la nativa tierra.»


M. Menéndez y Pelayo.

jueves, 7 de marzo de 2019

::: (20 DE JULIO DE 1905) TELEGRAMA DE FERMÍN CANELLA, CRONISTA DE ASTURIAS, ANTE LA UNIÓN DE SANTANDER Y OVIEDO POR FERROCARRIL :::

El Cantábrico
21 de julio de 1905 

Cuenta este periódico que la máquina que salió de Santander iba adornada con un escudo de follaje al que rodeaba la inscripción A la patria de Pelayo, saluda la de Velarde. Llegados a LLanes, los comisionados de la Cámara de Comercio de Santander repartieron tarjetas postales anunciadoras de las inminentes fiestas y ferias de Santiago en las que se leía La Montaña saluda a las asturianos. Por otra, la máquina que conducía el tren que salió de Oviedo estaba adornada con los escudos de las provincias de Asturias y Santander. La villa llanisca fue el punto de encuentro de ambas comitivas, celebrándose un banquete en la finca de Francisco L. Tamés (fabricante del dulce de manzana NON-PLUS-ULTRA), próxima a la playa. Estaban presentes, entre otras personalidades, los alcaldes de Santander y Oviedo. La nota más saliente de los brindis, según El Cantábrico, fue la lectura del siguiente telegrama (imagen) del cronista del Principado y de la ciudad de Oviedo, además de futuro rector de la Universidad de Oviedo, Fermín Canella Secades, ausente en la cita. 

Como curiosidad, Fermin Canella protaganizó una conferencia en el Instituto Carbajal de Santander el 19 de mayo de 1907. Según cuenta El Cantábrico del día siguiente, cuando Canella describió las villas situadas entre Santander y Oviedo, calificó a LLanes como "una villa completamente cántabra".


martes, 5 de marzo de 2019

::: (1930) EL MILITAR E HISTORIADOR FERMÍN SOJO LOMBA, TRASMERANO DE SOBREMAZAS, RECLAMABA EL CAMBIO DE 'PROVINCIA DE SANTANDER' POR 'PROVINCIA DE CANTABRIA', CONSIDERANDO QUE LA REGIÓN CÁNTABRA DESBORDABA EL TERRITORIO DE LA PROVINCIA SANTANDERINA :::


LA HABANA (CUBA) 1867 – SANTANDER 1956

Fermín de Sojo y Lomba, hijo de indianos, fue Ingeniero militar e historiador, así como cronista honorario de Trasmiera.

Tras la vuelta de su familia a España en 1874 estudió en Liérganes. En 1877 se trasladó a Valladolid para estudiar Matemáticas, donde se interesó por la literatura. Seis años más tarde, ingresó en la Academia de Ingenieros de Guadalajara alcanzando el grado de alférez en 1886. Después de recorrer diversos destinos, llegó a Santander comisionado para la construcción del cuartel de María Cristina en el Alta, y fue testigo de las dos explosiones del “Cabo Machichaco”. En 1896 se desplazó a Cuba y participó en las campañas coloniales.

Regresa a España en 1902 y obtiene licencia para trasladarse a Madrid y consultar la Biblioteca Nacional, la Real academia de la Historia y los Museos de Ingenieros y de Artillería, que es cuando se puede decir inicia la carrera de escritor que amplía cuando vuelve a Cantabria en 1912, sobre todo recogiendo documentación para sus trabajos históricos sobre Trasmiera. En 1931 pasó a la reserva con el grado de general de Brigada, y se dedica plenamente a la investigación. En 1934 aceptó ser el primer Presidente del Centro de Estudios Montañeses.

Sus obras publicadas son las siguientes: Minas militares y terrestres. Lecciones explicadas en la Academia de Ingenieros, dos tomos editados en 1908 y 1909 que fueron declarados Libros de texto en la Academia de Ingenieros; El capitán Luis Pizaño. Estudio histórico-militar referente a la primera mitad del siglo XVI (1928), su obra más voluminosa por la que había obtenido el Premio Torner en 1926; Ilustraciones a la historia de la M. N. y S. L. Merindad de Trasmiera, dos tomos editados en 1930 y 1931 en Madrid, que había preparado hacia 1915-1917 en que estuvo destinado en Burgos; Los maestros canteros de Trasmiera (Madrid, 1935); La pantoja, jerga de los maestros canteros de Trasmiera (Segovia, 1947).

Otras obras suyas son Los de Alvarado (Madrid, 1935), que publicó con motivo de la celebración de tercer centenario de Lope de Vega; Liérganes (Madrid, 1936) y Cudeyo(Santander, 1946). Después de su muerte vio la luz su obra El mariscal Mazarrasa(Santander, 1972), en edición de José Simón Cabarga. En la Revista de Santander publicó “El general Don Felipe de Arco-Agüero. Apuntes biográficos”, y en Altamira del Centro de Estudios Montañeses “El brigadier don Ignacio Alonso de Cuevillas”, entre otros trabajos.



ILUSTRACIONES A LA HISTORIA DE LA M.N. Y S.L. MERINDAD DE TRASMIERA.
Tomo I
Fermín Sojo Lomba
1930

Añadir que, según cuenta Tomás Maza Solano en el periódico de Alerta del año 1963, por el año 1927 o 1928, durante la Dictadura de Primo de Rivera, del que era amigo Fermín Sojo, le solicitó este al dictador cambiar el nombre de Provincia de Santander por el de Provincia de Cantabria

Fermín Sojo ampliaba los límites de la Cantabria moderna más allá de la Provincia de Santander, como hacían, entre otros, el también historiador, además de Cronista Oficial de la Provincia a finales del siglo XIX, el campurriano Ángel de los Ríos. Del pensamiento de este último sobre la territorialidad cántabro-montañesa se da cuenta en este artículo. Añadir que, seguramente, estas líneas fueron escritos sobre 1919, aunque las sus Ilustraciones de Trasmiera fueran publicadas en 1930.


::: (3 DE SEPTIEMBRE DE 1892) PARTE DEL DISCURSO DEL CARLISTA HERRERO EN SANTANDER :::

~ Velada celebrada en la noche del 3 de septiembre de 1892 en el local carlista ubicado en la Calle General Espartero (actualmente Hernán Cortés) en honor del Marqués de Cerralbo (Enrique Aguilera y Gamboa), Jefe del Carlismo y Delegado de Carlos VII en España ~


"La ley que dividió a España en provincias hizo pedazos nuestra Cantabria, y hasta la quitó el nombre, agregando una parte a Burgos, otra a Palencia, retazos a las provincias limítrofes, de la que denominó Santander, e hizo desaparecer nuestras Merindades o Juntas de los Valles: en la división municipal se despedazaron nuestros Ayuntamientos o Juntas que estaban formados por valles, y era la división mas racional y de cada pedazo se formó un nuevo y microscópico municipio."