En el mes de octubre de 1945, Adriano García-Lomas (1891-1972), ingeniero de minas, etnógrafo, antropólogo, folklorista y lingüista, natural de Arenas de Iguña, escribió en El Diario Montañés una serie de artículos titulados En defensa de Cantabria, salvo el primero de ellos, que fue llamado en En pro de la Cantabria. En éste, para justificar el nombre de provincia de Cantabria en vez de provincia de Santander, en base a criterios histórico-tradicionales, daba cuenta de un refrán español que no existía: "Ebro traidor, naces en Cantabria, y riegas en Aragón". En realidad, el refrán sí existe, con la salvedad de que, donde García-Lomas señalaba Cantabria, este proverbio recogido ya desde el siglo XVI, dice Castilla. Dentro de las recopilaciones de refranes montañeses, tampoco existe la versión que señalaba García-Lomas.
(...)La Cantabria por antonomasia no es la de un apelativo tránsfuga, sino la que tuvo tanta monta como Numancia y como Sagunto y fue palestra de una lucha feroz y bravía por parte de nuestros antepasados que, teniendo por égida el valor, supieron mirar de frente a la muerte, dejándonos huellas edificantes y señeras de inmortal heroísmo.
Dentro de este recinto sagrado de estoicismo y de epopeya (no esporádicos, por cierto), se halla enclavada la espina dorsal de la Montaña santanderina, que dicho sea de paso bien pudiera llamarse Provincia de Cantabria, como figuraba desde 1790 en las actas de las Juntas de Puente San Miguel, que eran encabezadas haciendo constar que la Junta se reúne "en la Casa Consistorial de la Provincia de Cantabria".
Y aun por otras muchas razones de enjundia tradicional e histórica que en su día consignaremos, ampliando este concepto que llega a reflejarse en el viejo refranero español: "Ebro traidor, naces en Cantabria, y riegas en Aragón". (...)
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