miércoles, 27 de febrero de 2019

::: (DICIEMBRE DE 1869) DISCURSOS A LA LLEGADA DE LOS VOLUNTARIOS MONTAÑESES A LA HABANA PARA LUCHAR EN LA GUERRA DE INDEPENDENCIA DE CUBA :::

A principios de diciembre de 1869 desembarcaba en la Habana el vapor-correo España. Había salido el 20 de noviembre del puerto de Santander y transportaba al batallón denominado Voluntarios de Santander (el periódico santanderino La Abeja Montañesa usaba más la denominación Voluntarios de Cantabria). Su misión era defender la españolidad de la isla de Cuba, en esos momentos en serio peligro. La Diputación Provincial de Santander había tomado el acuerdo de crear un cuerpo de voluntarios cántabros en septiembre de 1869 imitando lo que otras provincias ya habían  hecho.



El 8 de octubre el Boletín de Comercio de Santander insertaba el siguiente anuncio.



La siguiente imagen pertenece a la edición del 19 de noviembre de 1869 del periódico La Abeja Montañesa.



 Tras cruzar el Atlántico,  y recién llegados a comienzos de diciembre a La Habana, en el muelle de la Machina de esta ciudad, el primer discurso ofrecido a los voluntarios montañeses corrió a cargo de Eugenio Velarde, sobrino del famoso militar camargués Pedro Velarde. 



A continuación habló Antonio García Rizo. 



Y seguido de este, también en el Muelle de la Machina, Juan Ariza, Director de El Diario de la Marina, declamó la siguiente composición.
(Fuente: El Moro Muza. La Habana. 5 de diciembre 1869)


Y en el Gran Teatro de la capital cubana, Gabriel Estrella pronunció estos versos.
(Fuente: El Moro Muza. La Habana. 5 de diciembre 1869)



13 años después el periódico El Correo de Cantabria recordaba esta efeméride.


Se recomienda este trabajo titulado BATALLÓN DE VOLUNTARIOS DE LAPROVINCIA DE SANTANDER CON DESTINO ALA ISLA DE CUBA.1869 de Fernando Revuelta Cáraves.

sábado, 26 de enero de 2019

::: (1893) EL BOLO PALMA ES MODERNO EN NOJA : EL ALCALDE DEFIENDE LA PREEMINENCIA DEL PASABOLO (LOSA) :::

Fuente
La Región Cántabra 
Revista tradicionalista montañesa
Santander
5 de agosto de 1893

De forma irónica escribe esta revista de ideología carlista acerca de las pretensiones del Alcalde de Noja (de nombre Manuel Azcona, según se observa en el Boletín Oficial de la Provincia de Santander) de frenar el avance del juego de bolos a emboque, allí moderno por aquellas fechas de finales del siglo XIX, siendo tradicional el de pasabolo, es decir, el que hoy se denomina pasabolo losa.





Bolera de emboque de Noja en 1920
Obsérvese como curiosidad la diferente forma de los bolos ubicados en la fila del medio con los plantados en las laterales.


martes, 22 de enero de 2019

::: (SIGLO XIX) EN SANTANDER LLAMABAN VARSOVIANOS A LOS TRASMERANOS :::

La primera imagen está extraída de El Diario Español de Madrid del 15 de diciembre de 1852 aunque está copiando una noticia escrita en Santander. Y la que está debajo pertenece a El Capitán Armida,  novela de costumbres escrita por Federico de la Vega y que fue publicada en el periódico La Abeja Montañesa de Santander a partir de septiembre de 1867.

La duda es por qué aplicaban ese apelativo en la capital de La Montaña a los habitantes de la Merindad de Trasmiera.





::: (1928) CAMPEONATOS REGIONALES DE PASABOLO TABLÓN Y BOLO PALMA EN AMPUERO :::

Fotografía obtenida de la página,

Premios y trofeos donados por los montañeses residentes en Cuba: Copa Habana y 200 pesetas para los campeones de pasabolo tablón y Copa Cuba y 300 pesetas para los vencedores en bolo palma. Las crónicas hablan de Campeonatos Regionales de Bolos aunque no debemos entender esa terminología como es entendida hoy. Comenzaron a celebrarse estos campeonatos en Ampuero en el año 1925, siendo aquel año, igual que en 1926, obsequiados los vencedores en pasabolo con la Copa Cuba (100 pesetas) y los de palma con la Copa Habana (200 pesetas), es decir, el nombre de los trofeos habían sido intercambiados en 1928 a la vez que incrementados los premios.

Posan en la foto Ramón Lavín, Carlos García, Bravo, Manuel Bringas y Leandro Martínez.


domingo, 20 de enero de 2019

::: (1897, 1899, 1901 y 1930) CONCURSOS DE BOLOS A EMBOQUE Y PASABOLO EN LAREDO :::

19 de agosto de 1897
La Atalaya


17 de agosto 1899
El Cantábrico



13 de agosto de 1901
La Atalaya




Revista Pasabolo número 3 
Año 2010

Programa de festejos del año 1930


viernes, 11 de enero de 2019

::: (1916) BOLOS EN SAN MIGUEL DE LUENA :::

El Cantábrico
3 de octubre de 1916

Se refiere este cronista a la instalación de boleras en San Miguel de Luena al estilo de Pas, en las que se pinan tres bolos sobre un tablón, hay que mandarlos lejos y se llama pasabolo. 

Parece que esta descripción es más cercana a la modalidad de pasabolo tablón que a la de bolo pasiego. 



miércoles, 9 de enero de 2019

::: LAS TRES RAMAS DEL APELLIDO CASTANEDO EN LA MONTAÑA :::

Digo tres porque son estas las ramas conocidas de este apellido en Cantabria. Por ello, el apellido Castanedo tiene los siguientes orígenes en esta provincia:

* VALLE DE CAMARGO: Seguramente proceda del topónimo Castanedo ubicado en Cacicedo aunque en el pueblo de Camargo parece que también existe un sitio con este nombre.

En el Catálogo del Archivo del Antiguo Monasterio de Jerónimos de Santa Catalina de Monte Corbán (1940) se nombran escrituras camarguesas del siglo XVI donde aparece una pedazo de viña...do dicen Castanedo, aunque sin especificar el pueblo. En otras sí que se nombra un solar de Castanedo en Cacicedo. 

Reseñar que en el Boletín Oficial de Cantabria de 6 de julio de 1989 se habla de una casa señalada con el número 15 actual del barrio de Castanedo, antes 10 y hoy denominada calle Jenoz, en el pueblo de Cacicedo.

* VALLE DE VILLAESCUSA: Los Castanedo que se registran ya de antiguo en este valle llevan este apellido por el barrio denominado así en Villanueva. 

* JUNTA DE RIBAMONTÁN O MARINA DE CUDEYO: Frecuente también este apellido por aquella zona. 

Parece que teniendo por allí el pueblo de Castanedo sería lo más factible que este lugar hubiese originado otra rama de este apellido. Sin embargo, en Rubayo, donde constó este apellido, hay un barrio llamado Castanedo. En el siglo XVIII había Castanedos en Rubayo, Helechas, Agüero, Setién y Entrambasaguas. También en Suesa.

martes, 8 de enero de 2019

:::: (1936) ESCUADRÓN DE CABALLERÍA 'LIBERTAD DE CANTABRIA' :::

El Cantábrico
13 de enero de 1937

Entre los acuerdos adoptados por el Ayuntamiento de Torrelavega durante el mes de diciembre de 1936 figura este relativo al escuadrón titulado Libertad de Cantabria, perteneciente al bando que defendía el orden constitucional instaurado en 1931.


domingo, 6 de enero de 2019

::: (1797) PLANO DE LA COSTA DE SANTANDER O DEL MAR DE CANTABRIA COMPRENDIDA ENTRE LA RAYA DE VIZCAYA Y LA DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS :::

Para ver el plano a la perfección, entrad aquí. 

Se observa cómo la Isla de Mogro mantiene en este plano su legítima denominación en vez del nombre de Isla de Mouro, que es con el que es conocida de forma general en la actualidad y que procede de una ocurrencia del cartógrafo gaditano Vicente de Tofiño en el siglo XVIII.

También se observan las rayas divisorias entre Montaña y Principado de Asturias y entre Montaña y Encartaciones. Está última se mantiene intacta, no así la primera, que sabido es que desde 1833 está en Tina Mayor y no en Santiuste, como en esta imagen.


jueves, 3 de enero de 2019

::: (1834) HIMNO PATRIÓTICO CANTADO EN LA FUNCIÓN TEATRAL DEL DÍA 10 DE JULIO DE 1834 COMPUESTO POR TELESFORO TRUEBA COSÍO :::

Fuente
Gran Enciclopedia de Cantabria (1985)
Tomo V 
Página 34

Relacionado este himno con los sucesos de Vargas de noviembre de 1833, donde salieron triunfantes las tropas liberales, decía Marcelino Menéndez Pelayo en 1876 que ofrece cierto interés local, pero escaso mérito literario. Escribió también que cantóse el himno de Trueba en el Teatro entonces aquí existente y dióse a la estampa en hoja suelta que no ha llegado a nuestras manos. Letra y música viven en la memoria de no pocas personas de nuestra ciudad. Afortunadamente alguien la encontró pues inserta está en la Gran Enciclopedia de Cantabria de 1985.



miércoles, 2 de enero de 2019

::: (1836) 'EL CÁNTABRO': BOLETÍN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE SANTANDER :::

"El Boletín Oficial de la Provincia de Santander, comenzó a editarse con el nombre de El Cántabro, Boletín de Santander, el 2 de septiembre de 1836, continuando la numeración correlativa a los últimos números del Boletín Oficial; concretamente, el primero que llevó tal cabecera, tenía el número 70 de aquel año", dice Simón Cabarga en Historia de la Prensa Santanderina (1982). 

Exactamente fue el 30 de agosto de 1836 cuando comenzó a titularse El Cántabro. Boletín de Santander el Boletín Oficial de la Provincia (nº 69). Y por lo que parece se intentaba emular lo que hicieron nuestros vecinos asturianos con su Boletín Oficial de la Provincia, que recién estrenado el año 1836 habían decidido titularle El Asturiano.

Parece claramente que quieren decir que solo con el título de Cántabro podrían "ser órganos de la opinión de la provincia, cuyo nombre tomanos."

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En el Boletín del 26 de agosto de 1836 daban cuenta de la nueva titulación que aparecería el 30 de agosto.







jueves, 27 de diciembre de 2018

::: (S/F) COLECCIÓN FOTOGRÁFICA 'TRASMIERA' :::

Dice la leyenda de esta foto que corresponde a San Roque de Riomiera. Sin embargo, sabido es que esta villa pasiega jamás ha sido parte de Trasmiera. Quizás se confundieran con Miera, pueblo que sí integró aquella Merindad a través de la Junta de Cudeyo (Miera era uno de sus concejos, convertido en Ayuntamiento desde el siglo XIX). ¿Puede ser que aquella edificación que se observa al fondo sea la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Miera?. También aparecen a la izquierda un grupo de personas...¿con una bandera? No aparece fechada la fotografía: la Biblioteca Nacional de España le ha asignado el año 1900, supongo que por poner algún año, aunque de aquellos tiempos será, sin duda.



miércoles, 26 de diciembre de 2018

lunes, 10 de diciembre de 2018

::: AGRADECIMIENTOS :::

Agradezco a Rafael Palacio Ramos, autor de este libro que acaba de salir a la venta, las citas a este blog.





Cuando a finales de mayo de 1808 Cantabria se levantó contra el invasor francés, sus habitantes comenzaron a organizarse en varios batallones que formarían una “División Cántabra”. Esta denominación se mantuvo, oficial u oficiosamente, durante toda la Guerra de la Independencia, y en efecto aunque también formaron en sus unidades reclutas palentinos, burgaleses o vizcaínos, la mayoría de sus componentes fueron oriundos de la Montaña

Este libro estudia por primera vez sus inicios, su evolución y la composición de sus regimientos y batallones, además de su valor táctico. Lejos de la tradicional descripción de esta división como “guerrillera”, se demuestra su carácter totalmente regular dentro de la estructura de los Reales Ejércitos españoles.

viernes, 7 de diciembre de 2018

::: (1956) SEPULCRO DE MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO EN LA CATEDRAL DE SANTANDER :::


AQUÍ YACE ESPERANDO LA RESURRECCIÓN MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO, DEFENSOR DE LA FE CATÓLICA, GLORIA DE ESPAÑA Y HONOR DE LOS CÁNTABROS. DESVELÓ LAS GLORIOSAS GESTAS DE NUESTROS ANTEPASADOS, BREVE PASÓ SU VIDA DE EMINENTE INGENIO Y LARGA DEDICACIÓN AL TRABAJO. 

1856                      1912

SUS RESTOS Y LOS DE SUS PADRES SON TRASLADADOS A ESTE LUGAR EL DÍA 26 DE AGOSTO DE 1956


Esta imagen la he conseguido de aquí


lunes, 3 de diciembre de 2018

::: (NOVIEMBRE DE 1923) DE UNA CONFERENCIA DE SANTIAGO FUENTES PILA EN TORRELAVEGA TITULADA "CANTABRIA ANTE EL PROBLEMA NACIONAL" :::

Son los primeros días del mes de octubre de 1923 y se ha extendido el rumor de que el Dictador Primo de Rivera - recién llegado al poder hacía dos semanas - pretende crear una nueva configuración territorial en España, suprimiendo las provincias y creando nuevas regiones.

Diversos periódicos dan cuenta de una entrevista entre Primo de Rivera y un representante de las Diputaciones vascas en la que el Dictador le habría comentado a este que entre las futuras reformas estaba la de las regiones y que la supresión de esas cuarenta nueve pequeñas administraciones provinciales en que está dividida la Nación era preciso estudiarlo detenidamente, para constituir diez, doce, catorce regiones, las que fueran necesarias o convenientes, dentro de la reducción posible, para crearlas, fuertes, robustas y dotadas de todo aquello que, dentro de la unidad de la Patria, sea posible conceder  y que el deseo sería poder acoplar la división regional a las actuales divisiones militares, pero que eso sería difícil, porque el acoplamiento regional precisaba tener en cuenta las distintas condiciones de las provincias que habían de constituir la región por sus costumbres etnográficas, condiciones geográficas, simpatías, vías de comunicación, etc; que esas dificultades no se le ocultaban, pero que se vencerían todas con buena voluntad.

En Cantabria quien levantó la bandera regionalista fue Santiago Fuentes Pila. No era la primera vez que lo hacía pues ya el año anterior ofreció una conferencia en el Ateneo de Santander titulada El Regionalismo Cántabro. Lo que es y lo que debe ser  (Sábado, 13 de mayo de 1922). 

Volviendo al otoño de 1923, era Santiago Fuentes Pila el principal altavoz en La Montaña de una recién constituida organización política de derechas de ámbito nacional denominada Partido Social Popular, creada en diciembre de 1922 y que acabaría disolviéndose a principios de 1924 tras integrarse la mayoría de sus miembros en la Unión Patriótica, la organización política vinculada a la Dictadura. En los Estatutos del Partido Social Popular se observa que existirá una Junta regional en cada una de las regiones siguientes, siendo una de ellas Cantabria, ignorando la división regional de España en aquellos momentos, pues la Provincia de Santander estaba englobada en la región de Castilla la Vieja. Esta región, según la organización interna del partido, estaba constituida por las actuales provincias de Ávila, Burgos, Logroño, Segovia y Soria. No cabe duda de la influencia de Santiago Fuentes Pila a la hora de reclamar para Cantabria la categoría de región dentro de su partido. Algo natural, por otra parte, dentro de la Provincia de Santander, donde existía una amplia opinión de que por si sola constituía una región como cualquier otra de España. Por esas mismas fechas, diversas organizaciones deportivas, como la Federación Regional Cántabra de Futbol, y como su nombre expresa, regía los destinos de la provincia de Santander en el mundo futbolístico, organizando incluso partidos de Cantabria contra Aragón o Asturias.

Perteneciente a la dirección del Partido Social Popular, y meses antes de la llegada al poder de Primo de Rivera, había escrito en Madrid un comunicado el 18 de abril de 1923 titulado Carta manifiesta a los electores de la circunscripción pues el 29 de abril estaban convocadas elecciones generales, a la que finalmente no concurrió su formación. Dicho comunicado sería publicado en El Cantábrico el 22 de abril, exponiendo que "procuraré difundir las doctrinas y postulados del derecho público cristiano que contiene el programa del PARTIDO SOCIAL POPULAR, cuya ideológica posición y estructura, no sólo permite actuar en provechosa política de carácter nacional, sino también desarrollar una fecunda labor regionalista de afirmación, defensa y reconocimiento de la personalidad social y pública de Cantabria.(...) Al reiterar mi gratitud a los amigos y masas católicas de mi país hago, una vez más, sincera ofrenda de mi pobre inteligencia y voluntad en servicio de Cantabria y España".

A raíz de los supuestos planes del Directorio Militar de Primo de Rivera de configurar nuevas regiones, escribió un artículo en el periódico El Pueblo Cántabro denominado Acción regionalista. La personalidad de Cantabria (27 de octubre de 1923) donde expuso que la Provincia de Santander, a tenor de los argumentos de Primo de Rivera, cumplía los requisitos para constituirse en Región y para la que Fuentes Pila solicitaba la denominación de Cantabria. 

El día 17 de noviembre de 1923 daría una conferencia en el Teatro Principal de Torrelavega que llevaba por título Cantabria ante el problema nacional según recoge El Cantábrico del día 16 de noviembre de 1923. 

Por otro lado, El Diario Montañés publicó el 20 de noviembre una crónica relativa a este evento titulándola Desde Torrelavega. La conferencia de Fuentes Pila. Iba firmada por David Valenzuela y finalizaba de esta forma tan irónica.


domingo, 2 de diciembre de 2018

::: (1918) ARTÍCULO "Y NOSOTROS EN LA HIGUERA" , POR TOFERMON, RESPECTO A LAS CAMPAÑAS AUTONOMISTAS DE AQUEL AÑO :::

Y nosotros en la higuera
Por Tofermon
El Cantábrico
29 de noviembre de 2018

Los montañeses, y los que aún no siéndolo, podemos considerarnos como tales, somos incorregibles. Diríase que estábamos bajo la calmante acción de un anestésico. Tenemos menos iniciativas que una ostra y sin embargo, postineamos porque Santander cuenta con dos líneas de tranvías eléctricos, así una de ellas (la de los “blancos”, cuando los hicieron) encierre más peligros para el viajero que para naciones enemigas los inventos del señor Vierna González.

De Norte a Sur y de Este a Oeste corren por toda España vientos autonómicos, aires de independencia, protestas contra el tiránico centralismo, algo, en fin, que revela vitalidad y deseos de romper el  yugo que envilece y debilita. 

Rompieron el fuego los catalanes, y a los vibrantes acordes de “Los Segadores” descastellanizaron a la rica si que también flatulenta alubia y al duro y pesado garbanzo. Los nombres de estos artículos de primera necesidad fueron sustituidos por otros dos de sonido más dulce y armonioso: moncheta y sidrón. ¡Hasta en eso son grandes los catalanes!.

¡Garbanzo!¡Alubia!. ¿No es cierto que esto es de un plebeyísimo y prosaico sabor que tira de espaldas? En cambio, ¡sidrón!.¡moncheta!...¡qué cadencia tan singular y qué poesía tan dulce encierran esas dos palabras!.

Tras los catalanes, alzaron su voz los vascos, y éstos, tal vez por su familiaridad con el hierro, pidieron con más dureza que los paisanos de Cambó y Ventosa su desespañolización. Ningún acto de los que realizan los españoles les parece bien; todo para ellos es despreciable. ¡Hasta aquella emocionante azaña, en la cual Guzmán el “Bueno” se desprendió de su puñal, con el fin de que degollasen a uno de sus dos hijos antes de que Tarifa cayese en poder de la morería encallanada, carece de valor para los vascos!

A estos y a los catalanes han seguido los valencianos y a los valencianos, los madrileños, los gallegos y los andaluces, y, por último, los extremeños. Y mientras se realizan esos movimientos en las regiones citadas; mientras sus hombres laboran por ensancharlas y engrandecerlas, los montañeses seguimos en la higuera o contemplando desde lo alto de Piquío cómo las olas del mar se atropellan unas a otras.

¿A qué obedece esa quietud y ese indiferentismo? ¿Por qué, pues, no pedir nosotros también nuestra independencia?¿Quién para ello en mejores condiciones que los cántabros montañeses?

No hagamos comparaciones, que siempre son odiosas, pero díganme ustedes, ¿qué productos da Bizkaya?¿Que produce hierro? Conformes. ¿Qué da buen chacolí? Conformes asimismo. En cambio la Montaña produce, como Bizcaya, hierro; se recolecta maíz, patatas y nabos; se fabrican mantequillas, mejor que las de Soria, pantortillas de Reinosa y Bárcena; tenemos manantiales cuyas aguas pueden competir con las de Vichy y Mondáriz; en leche podemos codearnos con Suiza y llamar de tú a Holanda…

Y en lo que se refiere a repollos y a amas de cría, esos son dos tesoros de muchísimo más valor material que el tesoro del Delfín. Y, si no, díganme ustedes: ¿Quién es el mortal que desconoce la fama de los repollos de Cueto, Monte y San Román?¿Y quién es el que, habiendo sido amamantado por una pasiega, puede negar la supremacía que sobre el de las demás mujeres tiene el jugo lácteo de las hijas de Pas? Nadie.

Si con todas estas fuentes de riqueza que hemos enumerado y otras que omitimos, no pedimos nuestra más amplia autonomía, nuestra independencia, nuestro derecho a regirnos sin permitir injerencias extrañas, digamos que de la raza cántabra no nos queda más que el nombre y ese muy borroso: y avergoncémonos al propio tiempo ante la energía de esas regiones que se disponen a constituirse en nación independiente, así, como Bilbao, no cuenten con otras fuentes productoras más que el hierro y el chacolí.

TOFERMON




jueves, 29 de noviembre de 2018

::: (1913) 'LECHERÍA CÁNTABRA' EN SANTANDER, ESQUINA RUBIO Y CERVANTES :::

Ahora que se habla bastante de la peatonalización de la Calle Cervantes, no está de más recordar este establecimiento que hubo por allí hace un siglo.


::: (FINALES DEL SIGLO XVIII) EL LEBANIEGO RAFAEL DE FLORANES Y SU DISTINCIÓN ENTRE CASTILLA Y CAMPOS :::

En el Capítulo I de las Memorias para la historia de la ciudad y tierra de Toro escritas por el lebaniego de Tanarrio Rafael de Floranes, explica este autor la impropiedad de englobar bajo el nombre de Castilla a las tierras conocidas como Campos o Tierra de Campos. 

"Esto se ve claro en los Montañeses y Asturianos, los quales quando bajan por ellos (granos) a los mercados de Villada y Sahagún, dicen que van a Castilla por trigo."


martes, 27 de noviembre de 2018

::: OTRAS PUBLICACIONES 'CÁNTABRAS' MENOS CONOCIDAS :::

EL PRACTICANTE CÁNTABRO (1929)
Boletín mensual del Colegio de Practicantes de Santander.

CANTABRIA ESCOLAR (1932)
Revista de la Federación Montañesa de Estudiantes Católicos

CANTABRIA ESCULTA (1932)
Revista de los Exploradores (Scouts) Santanderinos 

EL APICULTOR CANTÁBRICO (1928)
Órgano del Sindicato de Apicultores de Cantabria
He dado con esta publicación, aquí.


lunes, 26 de noviembre de 2018

::: (1922) POLÉMICA SUSCITADA ACERCA DEL GENTILICIO CON EL QUE DEBÍA SER NOMBRADA LA NUEVA FEDERACIÓN REGIONAL DE FÚTBOL :::

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EL DIARIO MONTAÑÉS
 30 de septiembre de 1922
Sección ”LOS DEPORTES”
¿CÓMO DEBE LLAMARSE LA FUTURA FEDERACIÓN?

Si un cambio en el nombre de la Federación a que pertenecíamos ha motivado el tan discutido pleito vasco-montañés, justo es que al organizar esa futura Federación de foot-ball procuremos denominarla con un nombre apropiado, de verdadero significado, aunque realmente comprendemos que el problema es, contra lo que pudiera creerse, de bastante difícil solución. ¿La llamaremos montañesa?, ¿es más apropiado el nombre de santanderina?, como se propone en la carta que al final publicamos, ¿es más legítimo el de cántabra? Nosotros desearíamos conocer la opinión, no solo de los aficionados al foot-ball, sino también de todas aquellas personas cultas, eruditas, conocedoras de la historia de nuestra provincia, para que entre todos orienten a los santanderinos a elegir el nombre que verdaderamente nos personalice. El asunto es de verdadera importancia, pues, como decíamos antes, el origen de nuestra próxima disgregación de la Vizcaína no es más que el no querernos cobijarnos con un nombre que para nada nos pertenece, por lo que nada más natural que esforzarnos en buscar el nuestro propio. He aquí la carta que hemos recibido:

Santander, 29-9-922

Señor redactor deportivo de EL DIARIO MONTAÑÉS.

Mi querido amigo y distinguido compañero: Siendo ya un hecho la constitución en nuestra provincia de un organismo bajo el cual tengan vida legal todos o la mayoría de los clubs de foot-ball, falta ponerle un nombre o título. Y esto es muy interesante: yo entiendo que lo de Federación Montañesa no está bien. Razonemos. 

Por montañés, conocen en todo tiempo y lugar los que viven en el valle, a los que habitan en las alturas. Tan montañés es el que vive en las cresterías del Mulhacén granadino, como el que vive en los altos de Rocías, como el que mora en las nevadas cumbres de Peña Labra o de Peña Rubia. El nombre de montañesa es demasiado genérico y no distingue íntegra y determinadamente la característica de región. Por estas razones - y otras muchas que se podrían aducir - nuestra Federación debe llamarse Federación Regional Cántabra. Y como viene como anillo al dedo, permíteme que exhumando un texto te recuerde lo que el inmortal maestro dejó escrito:

“Puso Dios en nuestras “cántabras” montañas…”

¿Estamos conformes? Sabes mucho lo que te aprecia tu buen amigo Manuel Peral, redactor de “Vida Deportiva”.

Una vez más repetimos que, con mucho gusto, recogeremos cuantas opiniones quieran mandarnos.

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EL DIARIO MONTAÑÉS 
1 de octubre de 1922
Sección “LOS DEPORTES”
DE FOOT-BALL
¿CÓMO DEBE LLAMARSE A NUESTRA FEDERACIÓN?

Este problema planteado ayer en nuestras columnas parece ser que los aficionados le han recibido con gran entusiasmo a juzgar por las valiosas opiniones que hemos recibido. Naturalmente que nosotros suplicamos a los que tengan a bien intervenir en este tan importante asunto, el que nos envíen sus escritos en cuartillas y en forma publicable, para evitarnos a nosotros el enorme trabajo que supone el adaptarlo. Hoy solo publicaremos un extracto de una carta firmada por Pedro Chico y que, en resumen, dice lo siguiente:

“Me parece inadaptable el nombre de Federación Regional Cántabra a nuestra Federación futbolística, ya que la palabra cántabro no nos pertenece a los santanderinos exclusivamente. Cantabria es la antigua región septentrional de España, en las costas de Asturias, Santander y Vizcaya, y que comprende territorios de Burgos, Palencia, Oviedo, León y Santander. Por lo tanto, tan cántabros somos los santanderinos como los de determinadas regiones de las provincias arribas mencionadas. Así que mi opinión es que se titule Federación Regional Santanderina, por ser, a mi juicio, el que mejor y con más claridad expresa el deseo de la afición santanderina. “

En nuestra “Página Deportiva” del martes publicaremos un interesante artículo que sobre esta cuestión hemos recibido de un distinguido y prestigioso aficionado que firma con el seudónimo de “Cuco”.
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EL DIARIO MONTAÑÉS
3 de octubre de 1922
Sección “LOS DEPORTES”
PARA D´ABIONZO
¿CÓMO DEBE LLAMARSE LA FUTURA FEDERACIÓN?
¿MONTAÑESA?¿SANTANDERINA?¿CÁNTABRA?

La nueva F.R de Fútbol que va a surgir de nuestra tierra tiene indefectiblemente que ser bautizada al comenzar su vida. No soy yo de aquellos que, en estos menesteres del deporte, se extasían ante el logro que impere un nombre amado. No soy como Raja, a quien con ese motivo le ha sucedido lo que a Sanchica en la celebérrima ocasión que Cervantes nos contó, ni siquiera como el bueno de Don J.M.Mateos, satisfecho también de que, habiendo una próspera federación con el nombre de Vizcaína (no quiero averiguar si el estimado amigo nació tras los montes de Orduña), ya no habrá disgustos, ni diferencias, ni choques, ni murmuraciones, ni tal cual violencia…No; ahora ya pueden dormir contentos y satisfechos todos aquellos que por prurito de unir la tierra más o menos nativa al juego futbolístico, traspasan los límites de lo corriente y de lo racional.

No soy, no, de esos. En estos asuntos de deportes prefería que las Federaciones se demarcaran escrupulosamente, no solo atendiendo a la homogeneidad, sino también a la geografía y cien otros interesantes detalles que no deben olvidarse ¿No están a nuestra disposición los nombres de Sur, Norte, Este, Oeste y sus derivados y componentes? Pero como ya - hoy por hoy -, son hechos consumados la existencia de Federaciones Asturiana, Vizcaína, Guipuzcoana, Gallega, Catalana, Aragonesa (lo de las tres últimas, pase) no hay más remedio que someterse y pensar seriamente en el nombre de la nuestra.

Démosle el más adecuado y que mejor responda al concepto de Federación, no sin lamentar que el criterio superior y el demasiado exclusivismo de vecinos nuestros, nos hayan conducido a este momento. No cuadra bien, en mi sentir, el nombre de montañesa. Con amar yo apasionadamente a la Montaña, por antonomasia, estimo que es poco apropiado. Se nos dice Montañeses en Vizcaya, acaso en parte de Guipuzcoa, en Asturias bastante, generalmente; en las vecinas provincias leonesas y castellanas; en parte de Andalucía. Pero en la gran mayoría de la nación se prestaría a equívocos y serían siempre precisas aclaraciones. Y en el extranjero, por descontado. No está bien, pues.

Mejor le cuadra el apelativo de santanderina. Santander es ciudad que, aunque pequeña ella y pequeñísima su extensión y cortísima su diseminada población, es algo conocido por el mundo. El nombre de su puerto, la belleza y variedad de sus paisajes, la fama de sus escritores y poetas, la celebridad de sus doctores, el clásico del ingenio de sus naturales, la Corte, en fin de los Reyes, nos han dado cierta notoriedad. Pero el nombre de Santander capital envuelve al Santander provincia; y como el nombre ha de ser el común a todos los que se cobijen en la Federación, es prudente, a no dudarlo, escoger un nombre más preciso y que a la vez diga algo geográfica, histórica y regionalmente. En mi concepto, con ser aceptable, no es el mejor el de Federación Santanderina.

¡Cántabra! ¿Será este el apelativo deseado? Ayer el corresponsal de un semanario deportivo, señor Peral, en este periódico, se inclinaba por esta solución. Indudablemente, este antiguo deportista - aunque joven - tiene buena adaptación y excelente memoria y ha llegado a una conclusión única. No cabe duda. El nombre debe ser el de cántabra. Veámoslo.

Es indudable que con otro criterio deportivo la Federación Cántabra debería ser desde Ribadeo hasta el Bidasoa. Respetemos el criterio opuesto. Asturias tiene de algunos siglos a esta parte su personalidad bien definida; de mucho tiempo acá, nadie podrá entender, al hablar de Cantabria, que se alude a la hermosa región de nuestro occidente. Del mismo modo la región vascongada española no es confundida con ninguna otra. Y aunque cierto es que en años de la dominación romana y anteriores formaba parte de una Cantabria, no bien determinada hasta hoy, es evidente que nadie que en este siglo hable de cántabros y de Cantabria, entenderá jamás que se refiera ni a Álava, ni a Guipúzcoa, ni a Vizcaya.

No así con nuestra región, poco ha desprendida de Burgos. Forma ella como el centro, como el corazón de Cantabria. Bien se siga, con algún escritor, que tomó nombre de ciudad asentada no lejos del nacimiento del Ebro, ya se afirme que a estos montes vinieron moradores de Asia, que nos trajeron el nombre; lo cierto, indiscutible es que quien puede y debe hoy adoptar y apropiarse permanentemente el nombre de Cantabria es lo que hoy llamamos provincia de Santander, con aspiraciones de agregarse en su día pueblos y valles que lo están pidiendo a voces. Es más. He pensado muchas veces cómo nuestros gobernantes, nuestros representantes en Cortes, nuestras corporaciones, no habrán trabajado con entusiasmo y ahínco para que esta provincia se denomine PROVINCIA DE CANTABRIA, capital Santander. Nadie con más derecho, y hoy digámoslo categóricamente, con el más grande de los derechos. Y siendo esto así, ya está indicada la denominación: ¡Federación Cántabra!.

Y añado que si, lo que no espero, algún día se acuerdan nuestros directores de la memoria de aquellos Cántabros y de aquella región famosa, y estiman que somos, sin disputa sus más directos y legítimos herederos, debiéndosenos revalidar el nombre preclaro de Cántabros, que pidan a la vez, al Gobierno de Su Majestad que rehabilite el título de Duque de Cantabria y que sea adjudicado a un hijo de nuestro Monarca o al Monarca mismo, si es que no digo un disparate “nobiliario” embarullado con un asunto deportivo. Autor: CUCO


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LA ATALAYA
4 de octubre de 1922
“SECCIÓN DEPORTIVA”
ALGO SOBRE LA FEDERACIÓN

Todos son comentarios y cábalas en lo referente al nombre que debe de darse a la futura Federación de football en que deben de unirse nuestros clubs. Son muchos los nombres que se han pensado, y parece ser que algo atinado estaba el redactor de “Vida Deportiva”, nuestro particular amigo don Manuel Peral, según carta que publicó en las columnas deportivas de nuestro colega “El Diario Montañés”. Sin embargo, nosotros opinamos distintamente, teniendo en cuenta las razones que aduce y que copiamos a continuación. “El nombre de Montañesa es demasiado genérico y no distingue, íntegra y determinadamente, la característica de región”, y “que debiera llamarse Federación Regional Cántabra.”

“Radium”, el cronista deportivo del “Noticiero Montañés”, opina, cual nosotros, que existe un nombre apropiadísimo para dársele a la Federación, que es el de Castilla la Vieja. Es nuestro verdadero nombre: el nombre que se debe ostentar, puesto que castellano viejos somos. Burgos, Logroño, Soria, Segovia y Ávila, ¿no son nuestra verdaderas ciudades hermanas?. ¿Por qué no hemos de tratar de unirlas a nosotros, a pesar de la distancia, procurando practiquen con verdadera fe el deporte foot-ballístico, puesto que, además de este manera obtendríamos la Federación más potente de cuantas existen?.
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EL DIARIO MONTAÑÉS
 5 de octubre de 1922
Sección “LOS DEPORTES”
¿CUÁL DEBE SER EL NOMBRE DE NUESTRA FEDERACIÓN?
Por Cantabria

No quiero demorar por más tiempo el cumplimiento de la promesa hecha hace varios días a mi buen amigo el cronista deportivo señor Peral, quien no parando mientes en mis escasas letras en todo lo que en deportes se relaciona, me requirió para que, al amparo de las columnas de EL DIARIO MONTAÑÉS, formulase mi opinión acerca del apelativo con que se ha de designar a la nueva Federación “futbolística” hoy en estado constituyente; y aunque mi falta de autoridad científica atemoriza mi ánimo, me da esfuerzo y valor para compensar con exceso esta flaqueza, mi acendrado cariño a la patria chica.

Por ello, declaro sin vacilaciones que en esta hermosa tierruca a una entidad regional, sea su carácter deportivo, artístico, científico, o de otra índole, no le cuadra en puridad mote más apropiado que el de cántabra, por ser la antigua Cantabria la región natural que comprende con ligeras variantes “todo” el territorio de la actual Provincia de Santander, y entiéndase que mal puede reivindicarse el nombre de santanderinos como patrimonial de los habitantes de esta provincia, cuando no obstante ser ya casi centenaria la ley que, imitando el modelo francés de los departamentos, dividió el suelo nacional en cuarenta y nueva provincias, hoy es el día que la nuestra se la conoce por el nombre de la Montaña, y montañeses son denominados sus hijos en casi toda la península.

Si aquí terminara mi alegato pudiera decirse que me había salida coja la argumentación, pues enderezada a probar la primacía de la palabra Cantabria para designar nuestra región, habría demostrado más bien ser conocida ésta por la Montaña; más siendo evidente que por santanderinos no se entiende más que naturales de la ciudad de Santander, conviene discurrir acerca de si, a pesar de ser designados por antonomasia con el vocablo montañeses los nacidos en esta provincia, tiene algún valor histórico dicha designación. De que no la tiene, es la mejor prueba el que en el régimen administrativo anterior a la división provincial, dependía la nuestra con la denominación Montañas de Burgos del Merino Mayor de la ciudad del Cid, de manera que lo de llamarse la Montaña por antonomasia tampoco es cosa antigua, ni de tiempo inmemorial; también es sabido que eran y son conocidos con el nombre de montañeses los habitantes de la parte alta de la provincia de León, y de igual modo los del Alto Aragón y otras comarcas.

Tiene, en cambio, la voz Cantabria para nosotros un alto sentido histórico, de atavismo racial que ha culminado en el pasado siglo XIX en momentos de exaltación nacional o política: dígalo sino, en la Guerra de la Independencia la División Cántabra, que mereció de Wellington elogios que parecerían hiperbólicos sino hubiesen sido justos, y los Batallones Cántabros formados al calor de la idea política y religiosa en nuestras luchas civiles.

No quiero terminar sin hacer constar que incurren en error de bulto quienes suponen que Vizcaya y Asturias formaron parte de la Cantabria primitiva; a ésta la separaba de sus vecinos los Autrigones, hoy Vizcaínos, la ría de Oriñón, y de los Astures, Tinamayor, y si bien alguna parte de las provincias de Palencia y de León fue asiento de las tribus cántabras, esto lejos de menguar la personalidad histórica de nuestra región la agranda al asignársele mayor territorio. Y como lo que se predica del todo se predica igualmente de cada una de las partes, por cántabros nos debemos tener los naturales de la Tierruca, que toda fue Cantabria gloriosa, aunque tengan asimismo derecho a ostentar igual origen algunos territorios de otras provincias; más ninguna íntegramente como la nuestra por la cual no hay lugar a confusiones.

Más razones se podían agregar a las aducidas, pero por no hacer alardes eruditos, que no son del caso, me he reducido a lo expuesto, esto es, que nuestra realidad histórica es Cantabria, Cantabria nuestra blasón y cántabro nuestro linaje. Autor: J.L