"El Principado estableció su Junta y la Cantabria la suya. Ambas exercieron la soberanía en sus respectivos territorios y ambas se reconocieron recíprocamente independientes".
"Ella (la Junta de Cantabria) no representa sóla a la ciudad de Santander como indica el oficio del Presidente (del Consejo) de Castilla: al contrario, representa a todos los pueblos del Obispado, a muchos de los de Oviedo, León, Palencia y Burgos y parte de Castilla la Vieja y de las Encartaciones del Señorío de Vizcaya. Representa como queda dicho a más de cien Merindades, Juntas, Valles y Jurisdicciones".
"El territorio de Santander y sus Montañas jamás pertenecieron al Principado, y los diputados de este Principado no pueden representar lexitimamente a la Junta de Cantabria ni a los pueblos que la formaron. Entre las Montañas de Santander y el Principado de Asturias hay mojones bien conocidos, fijados hace muchos siglos."
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El texto en cursiva de arriba es mío. No aparece en el original.
Aparecen estas frases en un documento que la Suprema Junta Gubernativa de la Provincia de Cantabria (22 de octubre de 1808) envió al Presidente de la Suprema Junta Central (Conde de Floridablanca).
Quería la Junta Cántabra tener representación en la Central, pero el Presidente del Consejo de Castilla, Pedro de Alcántara Álvarez de Toledo (Duque del Infantado) consideraba que la Junta Provincial de Cantabria, - a través de dos importantes cántabros de la época - no podía estar representada en la Junta Suprema Central ya que según el parecer del Duque del Infantado el territorio cántabro pertenecía al Principado de Asturias y ya estaba representado a través de los representantes del Principado asturiano.
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