lunes, 3 de diciembre de 2018

::: (NOVIEMBRE DE 1923) DE UNA CONFERENCIA DE SANTIAGO FUENTES PILA EN TORRELAVEGA TITULADA "CANTABRIA ANTE EL PROBLEMA NACIONAL" :::

Son los primeros días del mes de octubre de 1923 y se ha extendido el rumor de que el Dictador Primo de Rivera - recién llegado al poder hacía dos semanas - pretende crear una nueva configuración territorial en España, suprimiendo las provincias y creando nuevas regiones.

Diversos periódicos dan cuenta de una entrevista entre Primo de Rivera y un representante de las Diputaciones vascas en la que el Dictador le habría comentado a este que entre las futuras reformas estaba la de las regiones y que la supresión de esas cuarenta nueve pequeñas administraciones provinciales en que está dividida la Nación era preciso estudiarlo detenidamente, para constituir diez, doce, catorce regiones, las que fueran necesarias o convenientes, dentro de la reducción posible, para crearlas, fuertes, robustas y dotadas de todo aquello que, dentro de la unidad de la Patria, sea posible conceder  y que el deseo sería poder acoplar la división regional a las actuales divisiones militares, pero que eso sería difícil, porque el acoplamiento regional precisaba tener en cuenta las distintas condiciones de las provincias que habían de constituir la región por sus costumbres etnográficas, condiciones geográficas, simpatías, vías de comunicación, etc; que esas dificultades no se le ocultaban, pero que se vencerían todas con buena voluntad.

En Cantabria quien levantó la bandera regionalista fue Santiago Fuentes Pila. No era la primera vez que lo hacía pues ya el año anterior ofreció una conferencia en el Ateneo de Santander titulada El Regionalismo Cántabro. Lo que es y lo que debe ser  (Sábado, 13 de mayo de 1922). 

Volviendo al otoño de 1923, era Santiago Fuentes Pila el principal altavoz en La Montaña de una recién constituida organización política de derechas de ámbito nacional denominada Partido Social Popular, creada en diciembre de 1922 y que acabaría disolviéndose a principios de 1924 tras integrarse la mayoría de sus miembros en la Unión Patriótica, la organización política vinculada a la Dictadura. En los Estatutos del Partido Social Popular se observa que existirá una Junta regional en cada una de las regiones siguientes, siendo una de ellas Cantabria, ignorando la división regional de España en aquellos momentos, pues la Provincia de Santander estaba englobada en la región de Castilla la Vieja. Esta región, según la organización interna del partido, estaba constituida por las actuales provincias de Ávila, Burgos, Logroño, Segovia y Soria. No cabe duda de la influencia de Santiago Fuentes Pila a la hora de reclamar para Cantabria la categoría de región dentro de su partido. Algo natural, por otra parte, dentro de la Provincia de Santander, donde existía una amplia opinión de que por si sola constituía una región como cualquier otra de España. Por esas mismas fechas, diversas organizaciones deportivas, como la Federación Regional Cántabra de Futbol, y como su nombre expresa, regía los destinos de la región de Cantabria en el mundo futbolístico, organizando incluso partidos de Cantabria contra Aragón o Asturias.

Perteneciente a la dirección del Partido Social Popular, y meses antes de la llegada al poder de Primo de Rivera, había escrito en Madrid un comunicado el 18 de abril de 1923 titulado Carta  manifiesta a los electores de la circunscripción pues el 29 de abril estaban convocadas elecciones generales, a la que finalmente no concurrió su formación. Dicho comunicado sería publicado en El Cantábrico el 22 de abril, exponiendo que "procuraré difundir las doctrinas y postulados del derecho público cristiano que contiene el programa del PARTIDO SOCIAL POPULAR, cuya ideológica posición y estructura, no sólo permite actuar en provechosa política de carácter nacional, sino también desarrollar una fecunda labor regionalista de afirmación, defensa y reconocimiento de la personalidad social y pública de Cantabria.(...) Al reiterar mi gratitud a los amigos y masas católicas de mi país hago, una vez más, sincera ofrenda de mi pobre inteligencia y voluntad en servicio de Cantabria y España".

A raíz de los supuestos planes del Directorio Militar de Primo de Rivera de configurar nuevas regiones, escribió un artículo en el periódico El Pueblo Cántabro denominado Acción regionalista. La personalidad de Cantabria (27 de octubre de 1923) donde expuso que la Provincia de Santander, a tenor de los argumentos de Primo de Rivera, cumplía los requisitos para constituirse en Región y para la que Fuentes Pila solicitaba la denominación de Cantabria. 

El día 17 de noviembre de 1923 daría una conferencia en el Teatro Principal de Torrelavega que llevaba por título Cantabria ante el problema nacional según recoge El Cantábrico del día 16 de noviembre de 1923. 

Por otro lado, El Diario Montañés publicó el 20 de noviembre una crónica relativa a este evento titulándola Desde Torrelavega. La conferencia de Fuentes Pila. Iba firmada por David Valenzuela y finalizaba de esta forma tan irónica.


domingo, 2 de diciembre de 2018

::: (1918) ARTÍCULO "Y NOSOTROS EN LA HIGUERA" , POR TOFERMON, RESPECTO A LAS CAMPAÑAS AUTONOMISTAS DE AQUEL AÑO :::

Y nosotros en la higuera
Por Tofermon
El Cantábrico
29 de noviembre de 2018

Los montañeses, y los que aún no siéndolo, podemos considerarnos como tales, somos incorregibles. Diríase que estábamos bajo la calmante acción de un anestésico. Tenemos menos iniciativas que una ostra y sin embargo, postineamos porque Santander cuenta con dos líneas de tranvías eléctricos, así una de ellas (la de los “blancos”, cuando los hicieron) encierre más peligros para el viajero que para naciones enemigas los inventos del señor Vierna González.

De Norte a Sur y de Este a Oeste corren por toda España vientos autonómicos, aires de independencia, protestas contra el tiránico centralismo, algo, en fin, que revela vitalidad y deseos de romper el  yugo que envilece y debilita. 

Rompieron el fuego los catalanes, y a los vibrantes acordes de “Los Segadores” descastellanizaron a la rica si que también flatulenta alubia y al duro y pesado garbanzo. Los nombres de estos artículos de primera necesidad fueron sustituidos por otros dos de sonido más dulce y armonioso: moncheta y sidrón. ¡Hasta en eso son grandes los catalanes!.

¡Garbanzo!¡Alubia!. ¿No es cierto que esto es de un plebeyísimo y prosaico sabor que tira de espaldas? En cambio, ¡sidrón!.¡moncheta!...¡qué cadencia tan singular y qué poesía tan dulce encierran esas dos palabras!.

Tras los catalanes, alzaron su voz los vascos, y éstos, tal vez por su familiaridad con el hierro, pidieron con más dureza que los paisanos de Cambó y Ventosa su desespañolización. Ningún acto de los que realizan los españoles les parece bien; todo para ellos es despreciable. ¡Hasta aquella emocionante azaña, en la cual Guzmán el “Bueno” se desprendió de su puñal, con el fin de que degollasen a uno de sus dos hijos antes de que Tarifa cayese en poder de la morería encallanada, carece de valor para los vascos!

A estos y a los catalanes han seguido los valencianos y a los valencianos, los madrileños, los gallegos y los andaluces, y, por último, los extremeños. Y mientras se realizan esos movimientos en las regiones citadas; mientras sus hombres laboran por ensancharlas y engrandecerlas, los montañeses seguimos en la higuera o contemplando desde lo alto de Piquío cómo las olas del mar se atropellan unas a otras.

¿A qué obedece esa quietud y ese indiferentismo? ¿Por qué, pues, no pedir nosotros también nuestra independencia?¿Quién para ello en mejores condiciones que los cántabros montañeses?

No hagamos comparaciones, que siempre son odiosas, pero díganme ustedes, ¿qué productos da Bizkaya?¿Que produce hierro? Conformes. ¿Qué da buen chacolí? Conformes asimismo. En cambio la Montaña produce, como Bizcaya, hierro; se recolecta maíz, patatas y nabos; se fabrican mantequillas, mejor que las de Soria, pantortillas de Reinosa y Bárcena; tenemos manantiales cuyas aguas pueden competir con las de Vichy y Mondáriz; en leche podemos codearnos con Suiza y llamar de tú a Holanda…

Y en lo que se refiere a repollos y a amas de cría, esos son dos tesoros de muchísimo más valor material que el tesoro del Delfín. Y, si no, díganme ustedes: ¿Quién es el mortal que desconoce la fama de los repollos de Cueto, Monte y San Román?¿Y quién es el que, habiendo sido amamantado por una pasiega, puede negar la supremacía que sobre el de las demás mujeres tiene el jugo lácteo de las hijas de Pas? Nadie.

Si con todas estas fuentes de riqueza que hemos enumerado y otras que omitimos, no pedimos nuestra más amplia autonomía, nuestra independencia, nuestro derecho a regirnos sin permitir injerencias extrañas, digamos que de la raza cántabra no nos queda más que el nombre y ese muy borroso: y avergoncémonos al propio tiempo ante la energía de esas regiones que se disponen a constituirse en nación independiente, así, como Bilbao, no cuenten con otras fuentes productoras más que el hierro y el chacolí.

TOFERMON




jueves, 29 de noviembre de 2018

::: (1913) 'LECHERÍA CÁNTABRA' EN SANTANDER, ESQUINA RUBIO Y CERVANTES :::

Ahora que se habla bastante de la peatonalización de la Calle Cervantes, no está de más recordar este establecimiento que hubo por allí hace un siglo.


::: (FINALES DEL SIGLO XVIII) EL LEBANIEGO RAFAEL DE FLORANES Y SU DISTINCIÓN ENTRE CASTILLA Y CAMPOS :::

En el Capítulo I de las Memorias para la historia de la ciudad y tierra de Toro escritas por el lebaniego de Tanarrio Rafael de Floranes, explica este autor la impropiedad de englobar bajo el nombre de Castilla a las tierras conocidas como Campos o Tierra de Campos. 

"Esto se ve claro en los Montañeses y Asturianos, los quales quando bajan por ellos (granos) a los mercados de Villada y Sahagún, dicen que van a Castilla por trigo."


martes, 27 de noviembre de 2018

::: OTRAS PUBLICACIONES 'CÁNTABRAS' MENOS CONOCIDAS :::

EL PRACTICANTE CÁNTABRO (1929)
Boletín mensual del Colegio de Practicantes de Santander.

CANTABRIA ESCOLAR (1932)
Revista de la Federación Montañesa de Estudiantes Católicos

CANTABRIA ESCULTA (1932)
Revista de los Exploradores (Scouts) Santanderinos 

EL APICULTOR CANTÁBRICO (1928)
Órgano del Sindicato de Apicultores de Cantabria
He dado con esta publicación, aquí.


lunes, 26 de noviembre de 2018

::: (1922) POLÉMICA SUSCITADA ACERCA DEL GENTILICIO CON EL QUE DEBÍA SER NOMBRADA LA NUEVA FEDERACIÓN REGIONAL DE FÚTBOL :::

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EL DIARIO MONTAÑÉS
 30 de septiembre de 1922
Sección ”LOS DEPORTES”
¿CÓMO DEBE LLAMARSE LA FUTURA FEDERACIÓN?

Si un cambio en el nombre de la Federación a que pertenecíamos ha motivado el tan discutido pleito vasco-montañés, justo es que al organizar esa futura Federación de foot-ball procuremos denominarla con un nombre apropiado, de verdadero significado, aunque realmente comprendemos que el problema es, contra lo que pudiera creerse, de bastante difícil solución. ¿La llamaremos montañesa?, ¿es más apropiado el nombre de santanderina?, como se propone en la carta que al final publicamos, ¿es más legítimo el de cántabra? Nosotros desearíamos conocer la opinión, no solo de los aficionados al foot-ball, sino también de todas aquellas personas cultas, eruditas, conocedoras de la historia de nuestra provincia, para que entre todos orienten a los santanderinos a elegir el nombre que verdaderamente nos personalice. El asunto es de verdadera importancia, pues, como decíamos antes, el origen de nuestra próxima disgregación de la Vizcaína no es más que el no querernos cobijarnos con un nombre que para nada nos pertenece, por lo que nada más natural que esforzarnos en buscar el nuestro propio. He aquí la carta que hemos recibido:

Santander, 29-9-922

Señor redactor deportivo de EL DIARIO MONTAÑÉS.

Mi querido amigo y distinguido compañero: Siendo ya un hecho la constitución en nuestra provincia de un organismo bajo el cual tengan vida legal todos o la mayoría de los clubs de foot-ball, falta ponerle un nombre o título. Y esto es muy interesante: yo entiendo que lo de Federación Montañesa no está bien. Razonemos. 

Por montañés, conocen en todo tiempo y lugar los que viven en el valle, a los que habitan en las alturas. Tan montañés es el que vive en las cresterías del Mulhacén granadino, como el que vive en los altos de Rocías, como el que mora en las nevadas cumbres de Peña Labra o de Peña Rubia. El nombre de montañesa es demasiado genérico y no distingue íntegra y determinadamente la característica de región. Por estas razones - y otras muchas que se podrían aducir - nuestra Federación debe llamarse Federación Regional Cántabra. Y como viene como anillo al dedo, permíteme que exhumando un texto te recuerde lo que el inmortal maestro dejó escrito:

“Puso Dios en nuestras “cántabras” montañas…”

¿Estamos conformes? Sabes mucho lo que te aprecia tu buen amigo Manuel Peral, redactor de “Vida Deportiva”.

Una vez más repetimos que, con mucho gusto, recogeremos cuantas opiniones quieran mandarnos.

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EL DIARIO MONTAÑÉS 
1 de octubre de 1922
Sección “LOS DEPORTES”
DE FOOT-BALL
¿CÓMO DEBE LLAMARSE A NUESTRA FEDERACIÓN?

Este problema planteado ayer en nuestras columnas parece ser que los aficionados le han recibido con gran entusiasmo a juzgar por las valiosas opiniones que hemos recibido. Naturalmente que nosotros suplicamos a los que tengan a bien intervenir en este tan importante asunto, el que nos envíen sus escritos en cuartillas y en forma publicable, para evitarnos a nosotros el enorme trabajo que supone el adaptarlo. Hoy solo publicaremos un extracto de una carta firmada por Pedro Chico y que, en resumen, dice lo siguiente:

“Me parece inadaptable el nombre de Federación Regional Cántabra a nuestra Federación futbolística, ya que la palabra cántabro no nos pertenece a los santanderinos exclusivamente. Cantabria es la antigua región septentrional de España, en las costas de Asturias, Santander y Vizcaya, y que comprende territorios de Burgos, Palencia, Oviedo, León y Santander. Por lo tanto, tan cántabros somos los santanderinos como los de determinadas regiones de las provincias arribas mencionadas. Así que mi opinión es que se titule Federación Regional Santanderina, por ser, a mi juicio, el que mejor y con más claridad expresa el deseo de la afición santanderina. “

En nuestra “Página Deportiva” del martes publicaremos un interesante artículo que sobre esta cuestión hemos recibido de un distinguido y prestigioso aficionado que firma con el seudónimo de “Cuco”.
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EL DIARIO MONTAÑÉS
3 de octubre de 1922
Sección “LOS DEPORTES”
PARA D´ABIONZO
¿CÓMO DEBE LLAMARSE LA FUTURA FEDERACIÓN?
¿MONTAÑESA?¿SANTANDERINA?¿CÁNTABRA?

La nueva F.R de Fútbol que va a surgir de nuestra tierra tiene indefectiblemente que ser bautizada al comenzar su vida. No soy yo de aquellos que, en estos menesteres del deporte, se extasían ante el logro que impere un nombre amado. No soy como Raja, a quien con ese motivo le ha sucedido lo que a Sanchica en la celebérrima ocasión que Cervantes nos contó, ni siquiera como el bueno de Don J.M.Mateos, satisfecho también de que, habiendo una próspera federación con el nombre de Vizcaína (no quiero averiguar si el estimado amigo nació tras los montes de Orduña), ya no habrá disgustos, ni diferencias, ni choques, ni murmuraciones, ni tal cual violencia…No; ahora ya pueden dormir contentos y satisfechos todos aquellos que por prurito de unir la tierra más o menos nativa al juego futbolístico, traspasan los límites de lo corriente y de lo racional.

No soy, no, de esos. En estos asuntos de deportes prefería que las Federaciones se demarcaran escrupulosamente, no solo atendiendo a la homogeneidad, sino también a la geografía y cien otros interesantes detalles que no deben olvidarse ¿No están a nuestra disposición los nombres de Sur, Norte, Este, Oeste y sus derivados y componentes? Pero como ya - hoy por hoy -, son hechos consumados la existencia de Federaciones Asturiana, Vizcaína, Guipuzcoana, Gallega, Catalana, Aragonesa (lo de las tres últimas, pase) no hay más remedio que someterse y pensar seriamente en el nombre de la nuestra.

Démosle el más adecuado y que mejor responda al concepto de Federación, no sin lamentar que el criterio superior y el demasiado exclusivismo de vecinos nuestros, nos hayan conducido a este momento. No cuadra bien, en mi sentir, el nombre de montañesa. Con amar yo apasionadamente a la Montaña, por antonomasia, estimo que es poco apropiado. Se nos dice Montañeses en Vizcaya, acaso en parte de Guipuzcoa, en Asturias bastante, generalmente; en las vecinas provincias leonesas y castellanas; en parte de Andalucía. Pero en la gran mayoría de la nación se prestaría a equívocos y serían siempre precisas aclaraciones. Y en el extranjero, por descontado. No está bien, pues.

Mejor le cuadra el apelativo de santanderina. Santander es ciudad que, aunque pequeña ella y pequeñísima su extensión y cortísima su diseminada población, es algo conocido por el mundo. El nombre de su puerto, la belleza y variedad de sus paisajes, la fama de sus escritores y poetas, la celebridad de sus doctores, el clásico del ingenio de sus naturales, la Corte, en fin de los Reyes, nos han dado cierta notoriedad. Pero el nombre de Santander capital envuelve al Santander provincia; y como el nombre ha de ser el común a todos los que se cobijen en la Federación, es prudente, a no dudarlo, escoger un nombre más preciso y que a la vez diga algo geográfica, histórica y regionalmente. En mi concepto, con ser aceptable, no es el mejor el de Federación Santanderina.

¡Cántabra! ¿Será este el apelativo deseado? Ayer el corresponsal de un semanario deportivo, señor Peral, en este periódico, se inclinaba por esta solución. Indudablemente, este antiguo deportista - aunque joven - tiene buena adaptación y excelente memoria y ha llegado a una conclusión única. No cabe duda. El nombre debe ser el de cántabra. Veámoslo.

Es indudable que con otro criterio deportivo la Federación Cántabra debería ser desde Ribadeo hasta el Bidasoa. Respetemos el criterio opuesto. Asturias tiene de algunos siglos a esta parte su personalidad bien definida; de mucho tiempo acá, nadie podrá entender, al hablar de Cantabria, que se alude a la hermosa región de nuestro occidente. Del mismo modo la región vascongada española no es confundida con ninguna otra. Y aunque cierto es que en años de la dominación romana y anteriores formaba parte de una Cantabria, no bien determinada hasta hoy, es evidente que nadie que en este siglo hable de cántabros y de Cantabria, entenderá jamás que se refiera ni a Álava, ni a Guipúzcoa, ni a Vizcaya.

No así con nuestra región, poco ha desprendida de Burgos. Forma ella como el centro, como el corazón de Cantabria. Bien se siga, con algún escritor, que tomó nombre de ciudad asentada no lejos del nacimiento del Ebro, ya se afirme que a estos montes vinieron moradores de Asia, que nos trajeron el nombre; lo cierto, indiscutible es que quien puede y debe hoy adoptar y apropiarse permanentemente el nombre de Cantabria es lo que hoy llamamos provincia de Santander, con aspiraciones de agregarse en su día pueblos y valles que lo están pidiendo a voces. Es más. He pensado muchas veces cómo nuestros gobernantes, nuestros representantes en Cortes, nuestras corporaciones, no habrán trabajado con entusiasmo y ahínco para que esta provincia se denomine PROVINCIA DE CANTABRIA, capital Santander. Nadie con más derecho, y hoy digámoslo categóricamente, con el más grande de los derechos. Y siendo esto así, ya está indicada la denominación: ¡Federación Cántabra!.

Y añado que si, lo que no espero, algún día se acuerdan nuestros directores de la memoria de aquellos Cántabros y de aquella región famosa, y estiman que somos, sin disputa sus más directos y legítimos herederos, debiéndosenos revalidar el nombre preclaro de Cántabros, que pidan a la vez, al Gobierno de Su Majestad que rehabilite el título de Duque de Cantabria y que sea adjudicado a un hijo de nuestro Monarca o al Monarca mismo, si es que no digo un disparate “nobiliario” embarullado con un asunto deportivo. Autor: CUCO


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LA ATALAYA
4 de octubre de 1922
“SECCIÓN DEPORTIVA”
ALGO SOBRE LA FEDERACIÓN

Todos son comentarios y cábalas en lo referente al nombre que debe de darse a la futura Federación de football en que deben de unirse nuestros clubs. Son muchos los nombres que se han pensado, y parece ser que algo atinado estaba el redactor de “Vida Deportiva”, nuestro particular amigo don Manuel Peral, según carta que publicó en las columnas deportivas de nuestro colega “El Diario Montañés”. Sin embargo, nosotros opinamos distintamente, teniendo en cuenta las razones que aduce y que copiamos a continuación. “El nombre de Montañesa es demasiado genérico y no distingue, íntegra y determinadamente, la característica de región”, y “que debiera llamarse Federación Regional Cántabra.”

“Radium”, el cronista deportivo del “Noticiero Montañés”, opina, cual nosotros, que existe un nombre apropiadísimo para dársele a la Federación, que es el de Castilla la Vieja. Es nuestro verdadero nombre: el nombre que se debe ostentar, puesto que castellano viejos somos. Burgos, Logroño, Soria, Segovia y Ávila, ¿no son nuestra verdaderas ciudades hermanas?. ¿Por qué no hemos de tratar de unirlas a nosotros, a pesar de la distancia, procurando practiquen con verdadera fe el deporte foot-ballístico, puesto que, además de este manera obtendríamos la Federación más potente de cuantas existen?.
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EL DIARIO MONTAÑÉS
 5 de octubre de 1922
Sección “LOS DEPORTES”
¿CUÁL DEBE SER EL NOMBRE DE NUESTRA FEDERACIÓN?
Por Cantabria

No quiero demorar por más tiempo el cumplimiento de la promesa hecha hace varios días a mi buen amigo el cronista deportivo señor Peral, quien no parando mientes en mis escasas letras en todo lo que en deportes se relaciona, me requirió para que, al amparo de las columnas de EL DIARIO MONTAÑÉS, formulase mi opinión acerca del apelativo con que se ha de designar a la nueva Federación “futbolística” hoy en estado constituyente; y aunque mi falta de autoridad científica atemoriza mi ánimo, me da esfuerzo y valor para compensar con exceso esta flaqueza, mi acendrado cariño a la patria chica.

Por ello, declaro sin vacilaciones que en esta hermosa tierruca a una entidad regional, sea su carácter deportivo, artístico, científico, o de otra índole, no le cuadra en puridad mote más apropiado que el de cántabra, por ser la antigua Cantabria la región natural que comprende con ligeras variantes “todo” el territorio de la actual Provincia de Santander, y entiéndase que mal puede reivindicarse el nombre de santanderinos como patrimonial de los habitantes de esta provincia, cuando no obstante ser ya casi centenaria la ley que, imitando el modelo francés de los departamentos, dividió el suelo nacional en cuarenta y nueva provincias, hoy es el día que la nuestra se la conoce por el nombre de la Montaña, y montañeses son denominados sus hijos en casi toda la península.

Si aquí terminara mi alegato pudiera decirse que me había salida coja la argumentación, pues enderezada a probar la primacía de la palabra Cantabria para designar nuestra región, habría demostrado más bien ser conocida ésta por la Montaña; más siendo evidente que por santanderinos no se entiende más que naturales de la ciudad de Santander, conviene discurrir acerca de si, a pesar de ser designados por antonomasia con el vocablo montañeses los nacidos en esta provincia, tiene algún valor histórico dicha designación. De que no la tiene, es la mejor prueba el que en el régimen administrativo anterior a la división provincial, dependía la nuestra con la denominación Montañas de Burgos del Merino Mayor de la ciudad del Cid, de manera que lo de llamarse la Montaña por antonomasia tampoco es cosa antigua, ni de tiempo inmemorial; también es sabido que eran y son conocidos con el nombre de montañeses los habitantes de la parte alta de la provincia de León, y de igual modo los del Alto Aragón y otras comarcas.

Tiene, en cambio, la voz Cantabria para nosotros un alto sentido histórico, de atavismo racial que ha culminado en el pasado siglo XIX en momentos de exaltación nacional o política: dígalo sino, en la Guerra de la Independencia la División Cántabra, que mereció de Wellington elogios que parecerían hiperbólicos sino hubiesen sido justos, y los Batallones Cántabros formados al calor de la idea política y religiosa en nuestras luchas civiles.

No quiero terminar sin hacer constar que incurren en error de bulto quienes suponen que Vizcaya y Asturias formaron parte de la Cantabria primitiva; a ésta la separaba de sus vecinos los Autrigones, hoy Vizcaínos, la ría de Oriñón, y de los Astures, Tinamayor, y si bien alguna parte de las provincias de Palencia y de León fue asiento de las tribus cántabras, esto lejos de menguar la personalidad histórica de nuestra región la agranda al asignársele mayor territorio. Y como lo que se predica del todo se predica igualmente de cada una de las partes, por cántabros nos debemos tener los naturales de la Tierruca, que toda fue Cantabria gloriosa, aunque tengan asimismo derecho a ostentar igual origen algunos territorios de otras provincias; más ninguna íntegramente como la nuestra por la cual no hay lugar a confusiones.

Más razones se podían agregar a las aducidas, pero por no hacer alardes eruditos, que no son del caso, me he reducido a lo expuesto, esto es, que nuestra realidad histórica es Cantabria, Cantabria nuestra blasón y cántabro nuestro linaje. Autor: J.L


viernes, 23 de noviembre de 2018

::: EL APELLIDO CADELO (CAMARGO) :::

Como bien decía María del Carmen González Echegaray en Camargo, mil años de historia, el origen del apellido Cadelo se atribuye a distintos sitios, entre ellos a Galicia y hasta a Italia.

Es un apellido que desde siempre se documenta en Camargo, así como en otros valles cercanos, pero es en el primero donde más frecuencia tuvo. La duda que tienen muchos es si surgió en Camargo o llegó de otra parte.

Sin embargo, Doña Carmen apuntaba un origen local a este apellido. Para nosotros el barrio que se cita como Caudelio en la ya citada donación de Doña Eylo en el año 1025, en el lugar de Igollo, es posiblemente el origen de este apellido. Doña Carmen decía también que comparte con nosotros esta opinión el investigador D. José Manuel de la Pedraja González del Tánago.

Las dudas sobre el origen camargués de este apellido vienen porque, aún constando de siempre el apellido en este valle, no se conoce en el territorio camargués ningún sitio, mies, paraje, etc, ningún topónimo en definitiva, que sea nombrado como Cadelo. No obstante, si que existió un sitio llamado Caudelio que, en el caso que hubiese trocado este después a Cadelo, sería el origen del apellido.


Libro de regla o Cartulario de la antigua abadía de Santillana del mar
 Eduardo Jusué
1912
Páginas 83 y 84


viernes, 16 de noviembre de 2018

::: (1933) VICENTE TRUEBA, EL HOMBRE DEL TOUR DE FRANCIA DE AQUEL AÑO:::

Wikipedia dice que "Vicente Trueba (Sierrapando, Torrelavega, Cantabria; 16 de octubre de 1905 – Riotuerto, 10 de noviembre de 1986) fue uno de los cuatro únicos corredores que consiguieron finalizar todas las etapas con el control de tiempo abierto en la edición de 1933 del Tour de Francia. Aquel año, la organización decidió relajar la normativa y permitir así que un mayor número de ciclistas terminaran la prueba. De no haber sido así, Trueba habría sido el vencedor del Tour." Para conocer más de aquella historia, hay que leer este enlace.


"Desde EL CANTÁBRICO mando un abrazo a todos los montañeses y un saludo a toda España, prometiendo, si puedo, llegar a París." 
VICENTE TRUEBA 
Pau, 17-7-1933





sábado, 10 de noviembre de 2018

::: (1963) "SOY CÁNTABRO CIEN POR CIEN, PERO ME IDENTIFICO MONTAÑÉS", DECÍA LUIS REDONET LÓPEZ-DÓRIGA :::

Opinión de Luis Redonet López-Doriga en CANTABRIA, revista de El Hogar Montañés de Madrid (número de octubre de 1963), acerca de la propuesta de la Diputación de cambiar el nombre provincial de Santander por el de Cantabria. 

Luis Redonet López-Doriga (1875-1972) tenía entonces 88 años. Era Presidente Honorario del Centro de Estudios Montañeses y miembro de la Real Academia de la Historia, entre otros cargos.




martes, 6 de noviembre de 2018

::: (1937) CIPRIANO GONZÁLEZ LÓPEZ, EL ÚLTIMO ALCALDE DE IZQUIERDAS QUE HA TENIDO SANTANDER :::

Copiamos la información que proporciona la Fundación Pablo Iglesias sobre Cipriano González, donde erróneamente se dice que nació en Santander, cuando fue en el pueblo asturiano de Langreo, como él mismo dice en El Cantábrico del día 7 de mayo de 1937.

Comerciante. Miembro de la UGT y afiliado a la AS de Santander. Iniciado en la masonería en 1931 con el nombre simbólico de “Alonso Quijano” perteneció a la logia “Augusto González Linares nº 9” de Santander. Fue elegido concejal del ayuntamiento de Santander en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931. Destituido de su cargo y encarcelado por su participación en la revolución de octubre de 1934, siendo repuesto en el mismo en febrero de 1936. En junio de ese mismo año fue elegido vocal de la Comisión Ejecutiva de la Federación Obrera Montañesa. Al producirse el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, formó parte del Comité de Guerra del Frente Popular y en septiembre de ese mismo año fue nombrado director general de Comunicaciones en la Junta de Defensa de Santander (cargo que desempeñó hasta la disolución de este organismo a principios del año siguiente). Fue alcalde de Santander desde febrero al 25 de agosto de 1937. Al caer Santander pasó a Francia y de allí a la zona republicana. En mayo de 1938 volvió a Francia, siendo acusado junto a otros dirigentes socialistas de haber intentado apoderarse de fondos del Consejo de Santander depositados en bancos extranjeros, lo que motivó su expulsión del PSOE y de la UGT. Se exilió en Argentina, donde falleció en 1989.


viernes, 2 de noviembre de 2018

::: (1575) EL CORÓNIMO “LA MONTAÑA” EN LA DESCRIPCIÓN DE SANTANDER REALIZADA POR EL ALEMÁN GEORGE BRAUN EN SU OBRA «CIVITATES ORBIS TERRARUM» :::

Aparece la frase inserta en el fotomontaje que aparece abajo en la descripción de Santander realizada en latín por el alemán George Braun. El dibujante de la villa fue Joris Höfnagel. Decía José Luis Casado Soto en Cantabria vista por los Viajeros los siglos XVI y XVII que aunque la lámina de Santander no está firmada, puede asegurarse con toda certeza que se debe a la experta mano del grabador Fransz Hogenberg, en base a dibujos previos de Hoefnagel, ya que, además de tener su inconfundible estilo, el mismo Braun nos dice en los prólogos que a él debe las vistas de las ciudades españolas (con la excepción de Bilbao, cuya panorámica fue realizada en 1544 y proporcionada a Hogenberg por el barón Juan Muflin).

Se conocen dos traducciones: la acometida por Marcelino Menéndez Pelayo y otra por Manuel de Assas. 

La de Manuel de Assas comienza de la siguiente manera y aparece en un artículo publicado por él dedicado a Santander en el Semanario pintoresco español (3 de enero de 1847):

La ciudad que vulgarmente llaman Santander, está situada en la España Tarraconcense, en la costa del Mar Cantábrico, acaso en aquel territorio en que Ptolomeo dice habitaban los Antigones. Hoy se llama Asturias de Santillana, pero los indígenas dicen que el país donde está la villa se llama con un particular vocablo familiar, la Montaña.

Marcelino Menéndez Pelayo, que seguramente debió conocer la anterior, optó por esta otra traducción que data de 1892: 

La ciudad que llaman Santander está situada en la España Tarraconense, en la costa del Océano Cantábrico, probablemente en el país que Tolomeo dice ser habitado por los Autrigones. Hoy la llaman Asturias de Santillana. Pero los indígenas dan el nombre particular de La Montaña al territorio de esta ciudad.

Dice Braun al final de su descripción de Santander que Todo esto es narración de los indígenas. Casado Soto, en Cantabria vista por los Viajeros los siglos XVI y XVII, cree que esta información recogida por George Braun se debe a que tuvo contacto con santanderinos, posiblemente comerciantes residentes en Flandes. Assas, sin embargo, dice que Braun visitó Santander hacia la mitad del siglo XVI y se cree que venía en la comitiva del Emperador Carlos V”, y que de ahí obtuvo tanta información sobre la entonces villa de Santander.

La descripción que hace Braun de Santander es mucho más amplia y se puede leer en el citado libro Cantabria vista por los Viajeros los siglos XVI y XVII. Aquí hemos publicado únicamente el comienzo, para dar cuenta que en Santander, igual que en cualquier punto cardinal de la hoy comunidad autónoma, llamaban de forma popular, La Montaña, al territorio donde vivían.



domingo, 28 de octubre de 2018

::: (1923) UN ARTÍCULO DEL ANTROPÓLOGO CAMPURRIANO LUIS DE HOYOS SAINZ SOBRE LA 'CASA DE LA MONTAÑA' DE MADRID :::

El Cantábrico
Santander
5 de diciembre de 1923

Este recorte es de la revista La Montaña de La Habana (5 de febrero de 1924), que copiarían del periódico El Cantábrico, errando al escribir Pizazal en vez de Pozazal .


jueves, 18 de octubre de 2018

::: (1933) EL 'ATLAS LINGÜISTICO DE LA PENÍNSULA IBÉRICA' EN EL VALLE DE SOBA :::

MATILDE PARDO GONZALO (FONÉTICA) Y ÁNGEL TRUEBA GUTIÉRREZ (VOCABULARIO) 
Vecinos de Veguilla (Soba).
Julio de 1933

Informantes escogidos en Soba para el cuestionario del Atlás Lingüístico de la Península Ibérica (ALPI).

Nombre dialectal de los habitantes: SOBANUS
Nombre del habla local: MONTAÑÉS


lunes, 15 de octubre de 2018

::: (1912) UNA ANÉCDOTA DE MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO CONTADA POR MANUEL SERRANO SANZ :::

La Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos publicó un número consagrado a la memoria de Menéndez Pelayo tras su fallecimiento en mayo de 1912. El santanderino llegó a ser director de esta revista a principios de siglo. Entre los participantes de este homenaje figuró Manuel Serrano Sanz, que escribió un artículo llamado Dos palabras acerca de Marcelino Menéndez y Pelayo. Se inserta aquí esta parte del artículo que firmó Serrano en Argecilla (Guadalajara) el 20 de junio de 1912, un mes después del fallecimiento del polígrafo montañés. El artículo completo, aquí.


miércoles, 5 de septiembre de 2018

::: (1801) DESCRIPCIÓN DE LA EXALTACIÓN DE PEDRO CEVALLOS GUERRA AL MINISTERIO DE ESTADO REALIZADA POR LA CIUDAD DE SANTANDER Y SU CONSULADO :::

Esta Descripción fue realizada por Pedro García Diego, natural de la Villa de Espinosa de los Monteros, más concretamente de Bárcenas. Está fechada en Santander el día 15 de abril de 1801. El día 26 de diciembre de 1800 La Gazeta de Madrid había publicado su nombramiento como Primer Secretario de Estado y del Despacho, reinando Carlos IV. Dicen que este cargo equivaldría, salvando las distancias, al de Presidente del Gobierno. 


 El documento se encuentra en la Biblioteca Municipal de Santander.

Concretamente el título es:

Descripción de los ornatos públicos, inscripciones y geroglíficos con que L.M.N.L. Ciudad de Santander y su I. Consulado, solemnizaron la pausible exaltación del Excmo Señor D. Pedro Cevallos Guerra al Ministerio de Estado y por encargo de los dos Cuerpos. 

Compuso D. Pedro García Diego, Secretario General de la Real Sociedad Cantábrica y Contador Honorario de las Aduanas de la Provincia de Santander. Año 1801.


























::: ¿1815? NOTICIA HISTÓRICA DEL REGIMIENTO DE MILICIAS PROVINCIALES DE LAREDO :::

Pinchando aquí se enlaza con este documento publicado en 1861 en La Asamblea del Ejército y Armada. Se encuentra en la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España.


Supongo que sería escrita por un cántabro, quizás en el año 1815, pues hasta el año 1814 dedicó esta noticia histórica.