miércoles, 15 de enero de 2020

::: (1925) EL REGIONALISMO QUE IMPREGNABA A LA "I VUELTA A CANTABRIA" :::

Imagen capturada del periódico La Nación (Madrid-16 de septiembre de 1926). Corresponde a la II Vuelta Ciclista a Cantabria.



EL REGIONALISMO QUE IMPREGNABA 
A LA "I VUELTA A CANTABRIA"

La idea de celebrar una Vuelta Ciclista a Cantabria parte de Román Sánchez Acevedo, reputado cronista deportivo de la época. Pepito Pedal era su seudónimo, -muy popular entre todos aquellos que leían las noticias deportivas- , a través del cual se puede vislumbrar que su deporte favorito era el ciclismo. El periódico La Atalaya, donde escribía en el momento de lanzar la idea, será la plataforma a través de la que informe acerca de la futura Vuelta a Cantabria. También trabajó para el periódico La Región firmando con el seudónimo Acegol, rotativo que había abandonado en diciembre 1924.

Ya en La Atalaya, plasma la idea a finales de enero de 1925, aunque parece que el propósito venía de años atrás. Por aquellos días se estaba creando el Comité Regional Ciclista de Cantabria dentro de la Unión Velocipédica Española, antecesora de la Federación Española de Ciclismo. Pepito Pedal sería el iniciador, fundador y primer presidente de este Comité Regional Cántabro de Ciclismo.

En La Atalaya del 27 de enero de 1925 aparece publicado un artículo, sin firma, titulado ¿Será un hecho nuestra idea?

"Desde este mismo momento LA ATALAYA lanza la idea de organizar para este año la I Vuelta a nuestro país, buscando aquel perímetro que más se acerque a la realidad de una vuelta. La de Cantabria es una prueba que debemos acometer sin pérdida de tiempo. (...) Y ya está pensado. No es nuestra idea de hoy. Ni del pasado año. Hace mucho tiempo que nos preocupa. Pero ahora se decide por fin a salir en demanda de apoyo oficial, extraoficial, particular y general. En interés de todos va y todos tenemos que ser los que hagamos que sea un hecho la I Vuelta a nuestra región. LA ATALAYA y Pepito Pedal están siempre a disposición de estas manifestaciones tan netamente divulgadores de todo lo que sea región, Cantabria y Santander."



El hecho de existir pruebas como la Vuelta a Cataluña (1911), al País Vasco (1924) y sobre todo la planeada Vuelta a Asturias para ese mismo año de 1925, parecen los estímulos que llevan a Pepito Pedal a no esperar más.

El 28 de enero escribe que "en nuestro número de ayer lanzamos una nueva idea. Hablamos de la necesidad de crear una prueba ciclista de fondo, que, titulada, Vuelta a Cantabria, o Vuelta a la Montaña, constituyera en el presente año la más importante manifestación velocipédica de nuestra región" (...) "hora es que la empresa de llevar a la práctica la gran 'randonée' Vuelta a la Montaña se convierta en una realidad".

El 22 de mayo de 1925 manifiesta que José María de Bulnes, Director de La Voz de Liébana, "se dirige a nosotros felicitándonos al dotar a Cantabria de su prueba, netamente regional. Nos pomete ser el propagador de la "tour" en la vasta, rica y bellísima comarca de los famosos Picos de Europa, correspondiendo así a la divulgación de la empresa más digna de atenciones y apoyo, no ya solo por su carácter de deportividad, sino que, porque con la Vuelta a Cantabria, el nombre de la regionalidad de la Montaña llegará a adquirir gran universalidad en todos los países, en toda la Península y hasta en la provincia misma"

El recorrido de la carrera ciclista transcurrió además de por la Provincia de Santander, por Peñamellera Baja (Asturias), por Pernía, Aguilar de Campoo y Cervera de Pisuerga en la provincia de Palencia, por los lugares burgaleses de Valdebezana, Valdeporres, Sotoscueva, Montija y Espinosa de los Monteros, así como por los ayuntamientos vizcaínos de Lanestosa, Carranza, Arcentales y Sopuerta. No pasaremos por alto el enclave cántabro del Valle de Villaverde (entonces Villaverde de Trucíos) en las Encartaciones vizcaínas, por donde también pedalearon los ciclistas. Constó la Vuelta a Cantabria de dos etapas: Santander-Reinosa (4 de septiembre) y Reinosa-Santander (6 de septiembre). Venció el catalán Teodoro Monteys.

Las razones por las que la Vuelta a Cantabria se denominó así y transitara más allá del territorio de la provincia santanderina fueron reflejadas por Román Sánchez Acevedo el 11 de junio de 1925.




El 9 de septiembre de 1925, tras finalizar la Vuelta, en el artículo que título GRACIAS, dice que la Vuelta a Cantabria "ha sido una manifestación tan representantiva, tan genuinamente montañesa, tan cántabra". Se define como "cántabro y montañés" "que nació la idea al amparo de un cariño al nombre de Cantabria. Nació en mí y fue transmitida - con una valentía que luego me horrorizó a mi mismo - a nuestro entrañable maestro y director, al insigne Pick. (...) ¡Qué importa que hayamos tenido detractores y gentes que nos hayan combatido en la sombra...!¡Qué importa, si al final logramos para nuestra Montaña el ambicionado triunfo, este triunfo que no hacemos nuestro porque le pretendimos para Cantabria y a Cantabria se lo otorgamos!."

Cientos de anécdotas surgirían durante el trayecto de los ciclistas por las carreteras montañesas pero aquí destacaremos un curioso suceso narrado en La Voz de Liébana del 15 de septiembre de 1925. Se relata cómo durante la primera etapa Santander-Reinosa, a su paso por el término municipal de Pesaguero, cuando los corredores se dirigían hacia tierras de Palencia, en el lugar de Venta Encinas, alguien, o algunos, colocaron un cartel a lo ancho de la carretera en el que se leía VIVA CANTABRIA. Así lo publicó en la revista quincenal lebaniega el corresponsal de esta en Pesaguero.






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